viernes, 2 de febrero de 2018

Qué bonito

Qué bonita esa ciudad,
espejo de la mía,
a kilómetros de distancia,
pero tan cerca como parecida.

Qué bonito campo,
donde el viento corre y purifica,
qué bonita casa,
aquella en la que vive mi segunda familia.

Ellos me dan cobijo,
compañía y amor.
Y si alguna vez tengo frío,
me regalan su calor.

Desde que estoy con ellos
la vida me sonríe
los pájaros me cantan
y las mariposas me siguen.

No saben cuánto les quiero
y tampoco imaginan
que en mi vida son lo primero.

Ni por todo el oro del mundo
yo los cambiaría,
ni a todos ni a ninguno.

Qué bonitos son,
qué bonito lo hacen,
qué será lo que tendrán,
que son como nadie.

Corazón de oro,
puño de acero,
valen mucho más
que cualquier dinero.

Los veo y la tristeza se me murió,
los tengo y nada más necesito tener.
Qué bonitos que son
Isabel, Paco y Rubén.