La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
viernes, 9 de marzo de 2018
Un día más
En esta vida he aprendido que ignorar los problemas es sólo una manera de alargarlos. He aprendido que lo inevitable pasará, y que debes luchar por lo que quieres conseguir, del mismo modo que he aprendido a desistir de lo prescindible. He aprendido que la lluvia es lo único que cae del cielo, y que a veces ni el suelo es lo suficientemente estable para pisarlo. He aprendido a andar con pies de plomo, a hacer de tripas corazón. Porque la vida es tan relativa como lo es el tiempo, porque un día estás en la cima, y otro enterrado bajo cemento. Durante algún tiempo fui feliz. Pero la vida se me fue, huyó de mí. Tiempo después, construí una muralla para protegerme del exterior, pero aquellos ladrillos no consiguieron soportar tanto peso, era demasiada la soledad, era abundante la tristeza, era insoportable el recuerdo. Aquella muralla se cayó y fuerza no he tenido ni para recoger los restos. Quiero verlo de otra forma, pero no puedo. Mis amigos se fueron, y echarles de menos no basta para que vuelvan. Aquellos que un día estaban conmigo hoy hacen su vida sin mí, y en mí habita el vacío de su ausencia. Qué tan duro debe ser el invierno que ni frío siento en las manos, sino mi corazón hayándose congelado hace duros esfuerzos por mantenerme con vida. Por la calle del olvido ecos de sus pasos suenan, de todos aquellos que se van por el camino fácil en busca de una felicidad inmediata. De todos aquellos que prefirieron el naufragio antes que la tormenta. De los orgullosos, de los cobardes, de los que no buscan soluciones pero no quieren problemas. Para los que huír renta más que luchar. Yo me quedé sola en la batalla, con un corazón hecho de cristal que se quebraba al más mínimo daño que sentía. Y sin embargo hoy es ese corazón el único que me mantiene con vida. Ya el invierno toca su fin y yo poco a poco voy entrando en calor, busco cobijo sobre un colchón de plástico y entre unas mantas de algodón. Todo se esfuma tarde o temprano. Todo sustento se derrumba. El sol se pone. Las nubes chocan. El agua cae. Pero yo seguiré de pie. Aunque solo sea por un día más.
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