sin embargo, desde hace un tiempo
vivo de noche, respirando del invierno.
Besamos como nunca
y subimos alto.
¿Quién quiere aterrizar
en una explanada repleta de bombas?
Bailamos entre nubes y soñamos.
Nadie querría vientos de levante
ni que llegase una mañana más temprano.
Todo porque te vi
dentro de mí
y me gustó tanto
que me quedé a vivir.
Ventanas abiertas
aireando mi malhumor.
Huellas en el piso.
No sé de quién son.
No te olvido.
No te ceso.
No te termino.
No me lo merezco.
Te fuiste. Eran las once y cuatro minutos.
Son las doce y cincuenta y siete.
Dicen.
Mi reloj lleva dos meses marcando las once y nueve.
Todo porque te fuiste,
y desde entonces lo rosa es menos rosa.
Todo porque quise correrte,
y me caí por la escalera que separa nuestras bocas.
En la estación de tren
vuelve a llover.
Es fango entre las hierbas.
Todo por echarte de menos.
Todo por quererte tras unas rejas.
Todo porque apreté las manos
y no acerté a romper mis huesos.
Todo porque el amor es entrega
y a ti te quedan grandes todos mis poemas.