miércoles, 15 de enero de 2020

Reflexiones

Está demostrado que escribir es la mejor terapia que existe.

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Todo el mundo necesita a alguien.

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Ojalá un día te recuerde y no me duelas.

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Lo bueno de ser escritor e inventarte historias es que puedes ser quien te de la gana ser.

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Las mejores cosas pasan cuando no te das cuenta

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Eres mi calma entre tanta tormenta. Gracias.

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¿Es justo que a veces nos tengamos que sentir culpables por querer a alguien?

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No son las cosas, son los sentimientos que las cosas nos producen.

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Te puedes estar perdiendo muchísimas cosas por no arriesgarte.

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Es muy fácil mostrar interés, mucho más fácil de lo que parece.

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Si algo he aprendido este año es que no puedes dejar que tu felicidad dependa de otra persona.

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Ojalá y encontrar a alguien real.

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Me dijeron una vez que una persona que no sabe lo que quiere siempre acabará perdiendo lo que quiere. Y ahora entiendo muchas cosas.

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Estoy cansada de ser fuerte. Quiero ser feliz.

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El problema que tiene la sociedad de hoy en día es que hay demasiados niños metidos en cuerpos de adultos.

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No nos podemos hacer una idea de la gran cantidad de cosas que nos estamos perdiendo por simple miedo a lanzarnos.

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Al fin he comprendido que si me abandonas y estoy triste siempre me quedarán los versos de Elvira Sastre y los brazos de mi madre.

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Nos pasamos la vida yendo detrás del que nos ignora e ignorando a quien está ahí para nosotros. Y así nos luce el pelo.

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Recuerda que mientras estés vivo te pase lo que te pase no es el fin del mundo.

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Lo siento por ser tan antisocial, pero es que no soporto a la sociedad de hoy en día.

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Se van muchos más que los que vienen.

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Qué pena que con todo lo que fuimos hayamos acabado así.

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Nos pasamos la vida preocupándonos por cosas sin importancia mientras lo importante se nos pasa por delante de las narices sin darnos cuenta.

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Ya estoy acostumbrada a ser la última de la fila. La que más pida perdón y a la que menos perdonen. La que más demuestre y a la que menos demuestren. La que más sienta y la que menos haga sentir. Ya me acostumbré a ser la oveja negra en un mundo donde todo lo tiñen de blanco.

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Estoy cansada de echar de menos a personas que ni siquiera se acuerdan de que existo. Estoy cansada de cargar con el peso de los recuerdos. De pedir perdón por todo lo que hago. De dar las gracias continuamente. Todo por miedo a que me abandonen. Quiero vivir en paz y ser yo.

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La otra noche me pediste la mano y te dije que sí, me dijiste que a la mañana siguiente irías a comprarme el anillo. Estábamos borrachos y al final nos despertamos a las dos de la tarde, pero para mí fue lo más especial que me ha pasado en mucho tiempo.

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Quédate donde seas feliz, quédate con quien te haga sentir especial. La vida es corta y no sabemos si vamos a estar aquí mañana. Si algo te divierte, si alguien te hace sentir bien, olvida los miedos y disfruta.

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¿Os habéis dado cuenta de que el dinero sirve para comprar cosas materiales; comida, libros, ropa...? Todo lo material que te haga falta si tienes dinero puedes comprarlo. Pero ¿Cómo se compra el amor, la amistad, el respeto, la suerte, los momentos...? ¿Cómo se compra hacer amigos nuevos o pasar una tarde con una persona a la que hace mucho tiempo que no ves? ¿Qué haces, por ejemplo, cuando tienes el corazón roto? ¿Cómo te compras uno nuevo? Ahí está la diferencia.

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¿Por qué soy borde? Porque cuando eres borde no dejas que nada te afecte y no sufres. Porque cada vez que he abierto mi corazón me lo han roto. Porque cuanto más amable, cariñosa y generosa he sido más se han aprovechado de mí y más daño me han hecho. Por eso prefiero ser una persona distante y fría, puedo gustar menos, pero me mantengo a salvo.

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Nos merecemos a alguien que se quede con nosotros por Navidad. Nos merecemos a alguien que nos quiera para siempre. Que nos demuestre las cosas, que se esfuerce por hacernos felices. Nos merecemos a alguien que nos haga volar con los pies en el suelo, nos merecemos un abrazo sincero cada noche y un beso para empezar el día. Nos merecemos saber que hay alguien que es feliz cuando nos ve sonreír, y que está dispuesto a recomponernos cuando nos hagamos pedazos. Todos nos merecemos tener un amor de verdad en nuestra vida.

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Te das cuenta de que alguien ya no es solo un simple capricho en tu vida cuando las cosas te empiezan a importar. Cuando ya no te da igual que las cosas se jodan, cuando buscas otras vías de escape pero al final a ninguna la puedes etiquetar de verdadera felicidad. Te das cuenta cuando ya no te preocupas solo de reírte con esa persona en el momento de estar juntos, sino también de que no lo pase mal cuando no estás ahí para ver cómo está. Te das cuenta cuando antes mandabas mensajes cuando tenías tiempo libre y de repente te ves buscando los momentos para poder hablar. Cuando al haber problemas, se apodera de ti un irrefrenable miedo de perderle. Y creo que es más justamente en esta última parte cuando más cuenta te das de ello. Pero también cuando entiendes que por ella tendrías fuerzas para luchar. También cuando la ves y sonríes. También cuando la besas y sientes. También en los pequeños detalles nos podemos encontrar con algo tan grande como el amor. Y da miedo, mucho miedo, pero creo que merece más la pena vivir amando con miedo que vivir tranquilo y sin amor. No, no creo que nos debamos sentir culpables por querer a alguien.

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Algún día entenderás que la vida no es orgullo, no es ambición, no es tratar de quedar siempre por encima del otro y hacerle la cruz a quien no sigue tus mismas ideas o te falla alguna vez. La vida es respeto, es perdón, es tratar de buscar siempre la paz mental y no declararle la guerra al primero y todo aquel que lanza una ráfaga de viento contra tus cimientos, aunque sea sin querer. La vida es mucho más que desafiar y rebatir, es mucho más que quedar de digno y tratar de ser fuerte en un mundo donde al débil se le mira por encima del hombro. La vida es comprensión, ayuda, equivocarse y rectificar. La vida es amor. No debería ser venganza ni rencor. La vida es felicidad, para quien sepa serle fiel a sí mismo y a los demás, y ver más allá de lo que los ojos, a veces ciegos, nos permiten. La vida es mucho más de lo que se ve en la calle y muy parecida a lo que habita en el fondo de tu corazón. No de tu cabeza. Paz y amor.