sábado, 25 de julio de 2020

Haz que no muera sin besarte una última vez

Ojalá pudieras saber el verdadero motivo
sin tener que explicártelo. 
Ojalá pudieras saber que sigo acordándome
perfectamente de tu silueta mientras dormías, 
que podría decirte cuántos lunares tienes
sin equivocarme, 
que unos ojos así no se olvidan fácilmente. 
Ojalá entendieras que las cosas no son siempre o blancas o negras, 
que volviste mi vida gris pero bailé bajo tu lluvia. 
Ojalá comprendieras que por más páginas que tenga el libro, 
viviré siempre aferrada a la última letra de la nuestra
simplemente por no tener que pasar a la siguiente. 
Ojalá los años sirvieran para algo más que seguir echándote de menos. 
Ojalá de verdad el tiempo curara las heridas y borrara los sentimientos. 
Cansada de llevar puesta una máscara
que cada día se va cayendo un poco más,
ojalá tuviera voz
para gritar a los cuatro vientos lo que tanto tiempo he estado gritando callada, 
que siempre te voy a querer, da igual las circunstancias, el tiempo o la distancia. 
Que sin esfuerzo alguno soy la segunda mujer en el mundo que más te quiere. 
Que hasta llorarte es bonito, 
que hasta gastar la tinta de cien bolígrafos 
no voy a parar de hablarle al mundo de ti, 
que siempre vas a ser el amor de mi vida. 
Que ojalá aprendas a nadar entre un millón de estrellas, 
que ojalá te busques y te encuentres, 
que ojalá subas a los tejados y te enamores del horizonte, 
que nunca dejes de sonreír de esa forma tan
especial como lo hacías, 
que bailes y no te canses, 
que sueñes despierto, 
que te hagan llegar a tocar la luna con un beso, 
que conozcas cincuenta ciudades, 
que te enamores de alguien,
que te rías hasta llorar, 
que te abracen hasta romperte, 
que te quieran tanto que ese amor abarque una ciudad entera, 
que te escriban cien poemas en una noche, 
que cantes hasta quedarte sin voz, 
que visites setenta conciertos, 
que encuentres la paz en un día de playa, 
que seas tan feliz que ya ni te acuerdes de mí, 
que seas tan feliz donde estés, 
que ya nunca quieras volver.
Te deseo de corazón toda esa felicidad, 
pero por favor, haz que no muera sin besarte una última vez. 

domingo, 5 de julio de 2020

Nunca más seremos nunca

Óyeme,
que me siento vacía. 
Abrázame, 
que tengo frío.
Suéltame,
que ya no soy tuya. 
Búscame, 
que me quiero contigo. 
Derrótame, 
que aún no somos batalla perdida.
Bésame,
que sigo bailando bajo la lluvia.
Complétame,
que eres mi vida. 
Júrame
que nunca más seremos nunca. 

Calle noventa y ocho

Soñé que algún día nos cruzaremos
por la calle noventa y ocho
levantaremos el rostro
y agacharemos nuestros temores.
Nuestras miradas se saludarán
en un efímero intento
de terminar lo que un día
dejamos a medias.
Haremos el intento
fortuito pero en vano
de reconocernos como aquellos
que protagonizaron la historia de ayer
de hace unos meses, de hace años
pero nuestra coraza impedirá
que aquellos rastros sean visibles
y poco a poco iremos avanzando
tristes pero con orgullo
en dirección cada uno
a una esquina opuesta.
Pero ninguno sabremos
que aquellas sendas esquinas
a fin de cuentas desembocarían
en una misma calle
en un nuevo punto de partida
para ambos.
Ojalá que para cuando ese día llegue
ninguno de los dos estemos soñando.