lunes, 28 de abril de 2025

Separar las piezas del puzle

Eres mucho más de lo que estás pensando
No eres solo tu profesión
ni tus gustos o aficiones
eres la sonrisa que le regalaste a esa persona que te sujetó la puerta un lunes a las ocho de la mañana
Eres aquello tan sabio que le dijiste una vez a alguien y todavía hoy lo recuerda
Eres el abrazo que le diste a aquel desconocido porque sentiste que lo necesitaba aunque no te lo dijera
Eres el trocito de canción que te eriza la piel
las palabras mágicas que te dices a ti mismo cuando estás mal
tus pequeñas manías
como romper siempre las galletas justo por la mitad
y guardarte la que más te gusta para el final
Eres todas las veces que has perdonado
que has enseñado y que te han enseñado
Eres ese beso que se te grabó a fuego y aún podrías describirlo de memoria
Eres tus secretos más íntimos guardados bajo llave
y el valor de haberle confiado alguna vez a alguien dónde la guardas
Eres tropecientos mil trocitos de ti
que configuran el puzle más bonito
que probablemente vayas a ver jamás

lunes, 21 de abril de 2025

En todas las vidas

Te buscaré toda la vida en las cien mil millones que tenga
Te buscaré en los ojos de la gente
en los hilos que se rompan
en los libros que lea
y en las ruinas de Roma
Te buscaré en los cielos quebrados
y en las tardes naranjas
en todas las tonalidades de los verdes
y debajo de todas las sábanas
Te buscaré hasta sin ganas
y cuando esté a punto de perderte
Te buscaré cuando ya no te tenga
y cuando te tenga después de tenerte
Te buscaré debajo de las piedras
y encima de los tejados
en playas desiertas
y en bares abarrotados
Te buscaré a ciegas
sorda y muda
en silencio
sin decírselo a nadie
y gritándoselo a las musas
Te buscaré y te encontraré
sin esfuerzos y sin prisa 
en cada una de las poesías 
que mi pluma aún escriba

Finales abiertos

De quererte aprendí que hay finales abiertos
finales que nunca se acaban
y otros que no llegan
pero te abrazan
Hay finales inciertos
con múltiples alternativas
e infinitas opciones de respuesta
pudiendo ser válida cualquiera de ellas
Por eso yo prefiero imaginarnos
enredándonos en las ganas
y acariciándonos los pecados
aquí
en mi cama
en la tuya
en el año X
en el Ecuador
en China o en Malasia
Prefiero imaginarnos andando de la mano
sobre las millones de posibilidades que nos ofrezca la vida
para acabar descansando en tus labios
Que no sabré de qué color serán las paredes de nuestro cuarto
el nombre de nuestros hijos
ni el día exacto en el que nos sonreirá la fortuna
pero prefiero pensar que nuestro verdadero final
llegará el día en que dentro de todas esas opciones
elijamos una

miércoles, 16 de abril de 2025

Cómo sería(s) la tabla de multiplicar del abecedario

Te quiero porque llevas dentro la primavera
y ni siquiera lo sabías
Te quiero porque guardas en los ojos dos cascadas capaces de apaciguar el calor de diez mil veranos eternos
porque escondes en las manos vértigos disfrazados de caricias
y porque avivas con tu sonrisa todos los incendios que un otoño se extinguieron en mis labios muertos
Te quiero porque vibras
porque muerdes
porque me arrancas las ganas a tiras
y me coses la ilusión en la frente
en grande
para que la vea siempre cuando me mire al espejo
Te quiero porque empezaste a sumar a partir de cero
y desde que llegaste a infinito multiplicas
Te quiero porque ‘te quiero’ seguido de innumerables verbos
en todos los lugares
y en cada uno de sus tiempos
deseando que todos acaben a la vez:
nunca.

martes, 15 de abril de 2025

A veces siempre es nunca

El otro día escuché a dos amigas hablando de cuánto se tarda en olvidar al amor de tu vida y no pude evitar sonreír. La respuesta, para mí, es la gran palabra más temida por el ser humano después del “para siempre”: nunca. Te pasarás lo que te van a parecer siglos escuchando su voz entre conversaciones ajenas, despertándote de madrugada en mitad de sueños que al tercer año se convertirán en pesadillas, mirando sin pensar un día cualquiera el calendario para darte cuenta de que es su cumpleaños, y pidiendo que desaparezca al soplar las velas en cada uno de los tuyos. Y no te servirán las frases hechas, las palmaditas en la espalda, los hombros sobre los que llorar ni las manos que sin saberlo te acaricien justo donde la herida aún grita. No te servirán los portazos, las llamadas colgadas al tercer toque ni el contacto cero elevado al cuadrado. No te servirán las canciones que parezcan que están hechas para ti, ni los poemas que hablen de lo que no fue y podría haber sido. No te servirá devorar todos los libros que encuentres ni quemar las fotos en las hogueras de San Juan cada 24 de septiembre, porque el 25 seguirá estando ahí, en forma de palabra, de silencio, de caricia, de beso. Estarás así hasta que una mañana, de repente, abras los ojos y comprendas que en todo esto solo hay un tópico que sí que es cierto: nunca conseguirás olvidarlo, solo aprenderás a vivir sin él, y, solo entonces, dolerá menos.