jueves, 19 de junio de 2025

El día que me regalaste flores

No puedes pedirle que te responda si te quiere
a las hojas de una margarita
que jamás supo lo que es el amor
Y entonces se lo pregunté a los girasoles
a las gardenias
a las orquídeas
y a todas las flores
por si alguna te conocía
mejor que yo
y me respondieron 
muy enfadadas
que si de verdad la quieres
no arrancas la flor

miércoles, 18 de junio de 2025

La estación sin ti

Hola, abuelo. Quiero decirte que me sigue encantando ver trenes pasar. Mis favoritos son los trenes sin parada, cuanto más rápido pasen, mejor. Y no sé si me sigue gustando porque me recuerda a ti o porque lo llevo en el ADN y por eso me gustaba verlos desde pequeña. En cualquier caso, quiero que sepas que cada vez que tengo la oportunidad de ir a la estación y espero sentada en el andén es como reencontrarme contigo, que los sigo mirando con los ojos muy abiertos cuando pasan y que pienso muy fuerte en ti, a la vez que escucho en mi cabeza tu voz imitándome, diciendo: “¡Abuelo, mira, otro tren!” y tus continuas quejas porque ya era la hora de comer y llegábamos siempre tarde. A día de hoy solo pienso que ojalá hubiese alguno que me llevase hasta ti.

martes, 17 de junio de 2025

Kintsugi

Agradeceré siempre
a cada novio
amante
compañero
amigo y amiga
que me ha dejado ser un poco gato
cuando me ha dado esa extraña manía
de alejarme cuanto más quiero
que llamó con tres toques a la puerta
y pidió permiso cuando quiso entrar en mi vida
y que la cerró despacio
cuando quiso salir de ella

martes, 3 de junio de 2025

Tu forma de coger el bolígrafo

Hoy escribiendo me he dado cuenta de que quince años después
aún cojo el bolígrafo de la misma forma que tú lo hacías
y todavía me río cuando me preguntan de dónde me viene
Hoy escribiendo me he dado cuenta de que poco o nada te he escrito
pero te veo en muchas de las cosas que leo
y en otras tantas que ya nunca digo
He recordado que tú me descubriste la pasión por la criminología
incluso por la poesía 
y que llevo exactamente ocho años y medio
sin hacerme ninguna trenza de espiga
Me quedaron muchas cosas de ti
guardadas en armarios
baúles
y heridas abiertas y dormidas
No las busques
porque no quiero que te las lleves
al fin y al cabo
me las dejó una buena amiga

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¿Qué clase de juego tan macabro tienes
que persigues pero no corres
que pisas pero vas descalza
que aprietas pero no rompes?
Qué juego tan macabro tienes
que enseñas tus cartas pero nunca pierdes
que engañas con las mismas mentiras de siempre
y sacas todos los monstruos de debajo de la cama
Qué macabra eres
qué hija de puta y despiadada
que siempre que te vas vuelves
y entras aunque la puerta esté cerrada

La chica de la sonrisa curvada

A la chica de la sonrisa curvada
me gustaría decirte:
Que habrá cielos menos quebrados
y columpios que te eleven mucho más allá de ellos
Que habrá otros amaneceres de nuevas manos
que nunca te harán tocar el techo
Que alguna amiga te hará sentir
en pleno diciembre el verano
y que hay experiencias 
que habitan para siempre en el pecho
Que alguna tarde de agosto
te dejará un tatuaje hecho de arena
con la forma de su abrazo
Que pisarás más fuerte
y también besarás más despacio
Que encontrarás un chico menos rubio
pero con el alma más limpia
Que se te romperán las uñas
de tanto intentar arreglarlo
y ahí comprenderás el valor de una caricia
y que de todas las que te hagan
ninguna será mejor
que la que te hagas a ti misma