miércoles, 30 de agosto de 2017

Tengo un invierno en el corazón

Tengo un invierno en el corazón. Cada vez que no me miras. Cada vez que no me rondas. Cada vez que para no besarme. No me abres la boca. Cada vez que te vas. Pero vienes. Pero vuelves. Para volver a irte. Para no regresar. Porque es mejor despedirse. Porque es peor no decir adiós. Porque adiós y te quiero no echan raíces. Porque el viento arrasó. No ha existido invierno tan frío. Invierno con más ansias de verano. Ni corazón que lo soporte. En sí mismo. Corazón mundano. El mío se extinguió. Hace un segundo. Hace un segundo llovió. Hace un segundo. Que le tengo miedo al sol. Tengo un invierno en el corazón. Que alberga lluvia, nieve, tormenta. Que abarca mar. Que abarca selva. Que da cobijo al frío. Que siento que ese corazón ya no es mío. Que me congela la piel. Que lo miro y no es él. Que de mí se olvidó. Que me dejó sin calor. Y ahora muero de frío. Y ahora escucho el eco del pájaro sombrío. Desistir de escuchar su voz. Asumir mis propios desafíos. Tengo un invierno en el corazón. Que me dice que él ya se marchó. Que me dejó y no se asustó. Que sacó un pañuelo y no lloró. Que lo abrió y lo celebró. Triste mi corazón. Triste mi alma y triste yo.


Tengo un invierno en el corazón
que no deja que las flores crezcan en mi interior.

Corazón, pobre del mío. 

domingo, 20 de agosto de 2017

Despídete de la luna

Donde el cielo nace
donde el horizonte acaba
en el universo el sol duerme
en el firmamento las estrellas bailan
he dormido toda la noche
añorando el despertar del alba
he abrazado a la luna entre poemas
entre lágrimas las nubes me lloraban
y el agua pura en mi piel se resbalaba
y pasaba dentro y mi corazón limpiaba
de polvo antiguo de barro sucio
de viejos recuerdos marchitos y absurdos
y en el suelo yacía un charco transparente
yo tendida al lado miraba al fondo de frente
entonces pasó una niña a verme
la asusté y lloró desconsoladamente
ella me conocía y sabía que yo no podía
que el frío me calaba que no me abandonaba
que la fiesta de la madrugada no me pertenecía
que en el llanto de mi pasado mi pena se ahogaba
siempre he echado más de menos
que he echado cosas de más
que siempre me lo guardo que siempre lo escondo
que incluso cuando lo pierdo la vida me vuelve a ganar
ya es verano y no me importa
que ahora hace calor aquí dentro
y en esta habitación soy yo la que sobra
ya es verano y no perdono al invierno
que a mi cuerpo le faltó calor
que a mi mechero le faltó fuego
sola sola me encuentro
dentro dentro pasa la madrugada
tarde tarde se hace
llora llora la mariposa sin sus alas
grito y me quedo muda
grito pero nadie me escucha
lloro y en el cielo amanece
niña, despídete de la luna.

-Despídete de la luna