La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
jueves, 24 de junio de 2021
El bálsamo
martes, 22 de junio de 2021
Cosas obvias
miércoles, 9 de junio de 2021
Nueve de julio
viernes, 4 de junio de 2021
Corazón garrapatero
El otro día vi una araña
que colgaba de mi pared
y hoy sin querer lo recordé
mientras colgaba de una palmera
allí en la playa.
Era astuta y engañosa,
trepaba, se adueñaba de la casa
y le quitaba sitio a la garrapata,
que no tenía más remedio
que aferrarse a mis rincones
para no caerse.
Puedo jurar que era la libertad extrema.
Las historias de barrio se cuentan
desde lo más profundo
igual que el ser del Migue.
Como el humo de un cigarro que vuela,
las cuerdas de una guitarra
que vibran y se enredan.
La gente camina y las miradas se alzan,
el niño trepa y el perro ladra,
la vida pisa y el tiempo pasa,
el reloj grita mudo el dolor de su alma.
En la plazuela no se padece,
con las flores el tiempo se humedece.
Las risas hacen ecos en los cristales
de las ventanas que se abren.
El tiempo entre unas manos,
la vida verde como la hierba,
los compadres y sus hermanos
bebiendo un traguito de cerveza.
El migue pertenecía a ese mundo
en el que yo caí de cabeza.
Ganas de vivir, energía y amistad,
lo necesario para encender
y no quemar la candela.
Y allí arriba con las estrellas y la luna
estará brillando el Migue en alguna duna,
cantándoles bajito a la hora de dormir
pa’ quitar to sus miedos
y hacerlas sonreír.
No temo a nada
porque er Gufi me acompaña.
Vivo enamorada de sus letras y sus mañanas.
Como regaliz negro del que engaña,
parece bueno pero te desgarra.
Lo quiero porque es suyo,
lo quiero porque mis penas consumo.
Los rayitos de sol no me iluminan en valde,
a veces la felicidad me viene grande.
Me duermo pensando en el aire de la calle
que pinta de rosa mi pañuelo.
En él lloro mi amargo sentimiento
causa de más nadie.
Guardo mis notas
dentro del sobre.
Él sabe que dentro lo llevo
guardado por cojones,
porque lo quiero.
Solo veo su cara y mis temores se esconden,
solo escucho su voz y mi corazón se encoge.
Corazón garrapatero
y matajare en acordes.
martes, 1 de junio de 2021
Reflexiones
Amo a los hombres a los que les pone que la mujer se sienta cómoda a su lado.
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Creo que no tengo mayor felicidad en mi vida que la de decirle a mi madre cada vez que vuelvo a casa "mírame, volví, sana y entera" y que ella esté ahí para escucharlo.
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Que sea la vida quien separe a dos personas que se quieren ya es duro, pero que sea la muerte... No me lo quiero ni imaginar.
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Las verdades duelen, hasta cuando las dices tú mismo.
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El mayor error de los humanos es que nos pasamos la vida esperando que las cosas cambien cuando somos nosotros quienes tendríamos que cambiar la forma en que las vemos.
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Ya es diciembre. Y sí. Seguiría dejando al frío morir en los brazos del invierno por ti un año más.
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Lo malo de los sentimientos es que tienen ese modo sigiloso de aflorar cuando menos te lo esperas.
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La distancia en lo que menos se mide es en kilómetros.
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Siempre intento ver la parte buena de todo el mundo porque ver la mala es muy fácil y es lo que todo el mundo hace.
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Quizás solo sea que cada persona tiene un tiempo determinado en nuestra vida y simplemente en cada momento nos apetece estar con personas diferentes.
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No te sientas ni dejes que te hagan sentir culpable por no estar bien emocionalmente un día. No es obligado estar siempre contento o feliz. Todos tenemos derecho a sentirnos tristes o enfadados alguna vez. Y está bien. Todo está bien.
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Tras mucho tiempo de estudio y experiencias, he llegado a la conclusión de que una persona triste no cae bien porque siempre es más fácil fingir que todos estamos bien (incluso cuando es mentira) y hablar siempre de cosas alegres que pararnos un momento a ayudar al que lo está pasando mal. Así es el ser humano. Por eso la gente que está triste suele responder "estoy bien", porque no quiere molestar a los demás ya que todos sabemos que en el momento que vemos tristeza de por medio nos largamos a buscar a alguien más feliz por nuestro propio bienestar. Somos egoístas. Deberíamos vivir en un mundo donde no fuera necesario fingir que somos felices para caer bien a los demás y pudiéramos mostrar abiertamente nuestros sentimientos sin ser rechazados y siendo escuchados.
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¿Sabéis ese sentimiento, cuando alguien se te agarra en el pecho y parece que no se va a querer ir jamás? Cuando piensas, jamás volveré a sentir esto. Mirar a los ojos a la persona que amas y sentir que si el mundo se acabase el vuestro empezaría justo ahí, darle la mano a una amiga y pensar que es el único clavo ardiendo al que te agarrarías si estuvieses al borde de un precipicio... Pero no, he comprendido que al igual que todas las primaveras se extinguen y ninguna es exactamente igual a otra, con las personas pasa exactamente lo mismo. Ni siquiera una persona sigue siendo la misma con el paso del tiempo aunque siga estando a tu lado. He aprendido que hay que disfrutar de las personas mientras están. He aprendido que superar a alguien no significa que te sea indiferente su vida, porque siempre vas a sentir algo, sino simplemente poder ser feliz en otros brazos. Gracias por los que fuisteis, gracias por los que seguís siendo, y gracias a mí, por haber aprendido a ser feliz.
Y de verdad, no penséis que superar a alguien, amigo, pareja, x, significa poder verle y no sentir nada porque lamento deciros que siempre vais a sentir algo. Superar a alguien significa que aun recordándole puedas mirar a otra persona, no igual porque ninguna mirada es igual a otra, sino simplemente de una forma que también te haga feliz. La leyenda del hilo rojo también es otro mito. Nadie está predestinado a ser. Somos humanos, que vamos y venimos, sentimos, amamos y nos hacemos daño. Los sentimientos chocan y las personas se queman. Unos van y otros llegan. Nadie tiene la seguridad de ser para siempre en la vida de nadie. Quiere, pero quiere con calma, quiere cuando la persona esté y aprende a soltar cuando tenga que irse, y quiérete a ti primero, porque eres el único que siempre va a estar.