Hablemos de cosas obvias
que el sol sale por el este
que las mariposas vuelan
que hasta la más negra
de las nubes de verano
se disipa al verte.
Que hay años privilegiados
en los que podemos disfrutar
de un día más
igual que hay días
que tienen el detalle
de alargar esos últimos cinco minutos
que nunca consigo acabar en tu boca.
Que los ríos desembocan en el mar
de la misma forma que en invierno
me tomo la libertad
de anidar en tus brazos.
Y allí me duermo mucho después
de haberte empezado a soñar.
Que no habría una mañana más fría
una flor más mustia
un amanecer más gris
ni una canción más triste
que mirarte a los ojos
y no poder sentir nada.
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