Nos lo enseñan desde pequeños
dándonos la mano
agarrando la bicicleta
diciéndonos cuando nos ven acercarnos irremediablemente al abismo:
“cuidado, que te vas a caer”
Seríamos capaces hasta de aferrarnos a un clavo ardiendo
porque la caída duele
rompe
asusta
o quizás porque signifique que nos hemos equivocado de pleno
Y ¿A caso se han molestado en enseñarnos
que cometer errores pueda ser algo bueno?
La manía humana de querer acertar siempre a la primera
La altura nos da vértigo
pero no es por otro motivo
que el de ver nuestros sueños
aplastados contra el suelo
Sueños que incansablemente nos empeñamos en conseguir
andando siempre en línea recta
con un trazado fino y meticuloso
Como un niño que juega
a pisar solo las losas blancas
y saltar las de rombos
orgulloso de su proeza
Todo eso no ha hecho más que enseñarme
que a veces solo es necesario
aprender a perder el equilibrio un poco
para encontrar la dirección correcta
No hay comentarios:
Publicar un comentario