miércoles, 19 de julio de 2017

Quizás sólo llueva dentro de mi casa

Cuando el reloj se para
mi corazón se congela
y empiezo a dudar;
¿Por qué todo en mí se quiebra?
Si quisiera continuar
andaría con los pies vendados
pero me da miedo caer
sin que nadie me abra sus brazos.

Cuando el reloj anda
deseo que lo haga al revés,
que se reste el tiempo,
que de y cuarto se pase a y diez.
Quisiera andar hacia detrás,
no al futuro sino al pasado,
para saber lo que se me viene
y poderlo esquivar antes de que llegue.

Cuando el reloj hace tic-tac,
comprendo que el tiempo no está ausente,
y que la eternidad es sólo un parche
que me inventé para protegerme.
Y aunque todo esto sea cierto,
he podido comprender que con lo malo no basta;
el tiempo permite que fuera el sol brille,
(quizás sólo llueva dentro de mi casa).

jueves, 6 de julio de 2017

Me han crecido alas en las cicatrices

Siempre he querido pensar que la vida es demasiado bonita, y algunas veces he creído falsamente que a tu lado lo sería aún más. Tenerte es un plato prohibido, tu compañía; un sabor que mi paladar nunca tendrá el gran privilegio de poder degustar. A menudo mis pensamientos acerca de ti me desgarran el corazón y él empieza a dudar si debe latir. Tengo miedo de que en un tiempo termine por olvidarlo y por eso ya no me hablo de ti. Guardo tu memoria bajo llave en los resquicios de mi casa con el inútil objetivo de no encontrarme con tus recuerdos de frente y no saber por dónde huír. No lo sé, el cómo, pero ellos siempre consiguen salir y pasan a verme. Y entonces desisto de huír, y me vuelvo a esconder para poder sobrevivir.
Resultado de imagen de alas
Si te dijera las veces que, contradiciendo a mis principios de supervivencia, he mirado detrás de la puerta para ver siquiera tu sombra aparecer tras ella... Si te dijera que tiemblo al verte temblarías conmigo y estaríamos en igualdad de condiciones. Me he dormido cien noches imaginando tus ojos posarse sobre mi silueta, visualizando cómo tu mirada se torna dulce y en un gesto amable le sonríe a mi cuerpo dormido. Si te dijera que otras cien noches las pasé contigo... Tomamos café y nos dimos la vida. Nos leímos y nos escribimos, legra a letra, poniéndole punto y final a cada frase que acabábamos. En mis sueños ocurría así. Estás en mí, en mis tazas de café y en las portadas de mis libros. Atrincherado en mi espalda y aferrado a mi alma. Como el niño de ojos brillantes y nervios incontrolables que agarra con fuerza y premura su balón.

Y es en este punto de la historia donde me doy cuenta de que ahora yo soy la mujer que lleva esos tacones de aguja pero que pisa fuerte y lleva paso firme. El rumbo me lo ahorro y prescindo de coger atajos ni servicios. La vida ahora es más bonita sin ti. Los ramos de flores me llueven solos y los piropos me los digo a mi antojo. El pájaro hace su nido y yo hago mi camino. Mi piel ya no necesita tus caricias y mis labios ahora saben respirar sin tus besos. Mi cama deja de estar fría a pesar de que ahora vuelves pero ya estás lejos. Te nombro y al amor ya no lo siento. Me voy al aeropuerto; quiero viajar antes de irme. Me marcho a otros países y no cojo avión


...porque me han crecido alas en las cicatrices.

Loes