miércoles, 28 de diciembre de 2022

Tributo al sexo

A veces solías decirme que te encantaba estar dentro de mí

me mirabas como cuando después de esperar lo que parece ser mucho tiempo suena el microondas

y me comías como el que se deja el mejor plato siempre para el final

A veces solía subirme a horcajadas encima de ti

y contarte uno a uno los lunares de la cara

sudores fríos bajando por la espalda a la mayor escala

A veces solías ser tú el que se subía encima 

para luego pedirme que volviera a bajar

pero siempre íbamos en línea recta

apretándonos fuertes las manos cuando ya no sabíamos diferenciar el límite entre sueño y realidad

Cualquier sitio parecía buena idea para seguir este ritual

desde una cómoda cama hasta una vieja lavadora

tú cuerpo temblando al rozar el orgasmo

mi mente loca entrando en coma

Hoy he soñado con tu cara congelada en el tiempo

justo cuando estabas a punto de cruzar ese límite

y creo que he sido yo la que (me) he corrido a(l) desdibujarlo 

como si sólo fuera una línea tonta

que corta y divide

en dos al papel más mojado

Tenía que conocerte a ti

Tenía que conocerte a ti para entender que tener algo claro

no significa no tener dudas

sino tener el valor, las ganas y la seguridad

de lanzarte al vacío aún con ellas

porque puede salir bien

porque puede merecer la pena

Tenía que conocerte a ti para entender que tener algo claro

no quiere decir que no se tenga miedo

sino que se está decidido a mirarle a los ojos de frente

y enfrentarlo

Tenía que conocerte a ti para entender que tener algo claro

no implica que sepas el camino

ni el cómo hacerlo

pero sí que después de perderte

después de equivocarte

permanezcas en el intento

Tenía que conocerte a ti para entender que a veces tener algo claro

significa no tener claro nada

excepto una cosa;

descubrirlo con la misma persona


H

Capaz

Creo que nunca voy a ser capaz de sobreponerme a tu sonrisa

cuando me miras desde arriba

y yo solo tengo ganas de subir para besarla

Creo que nunca voy a ser capaz de decir verdad más grande

que en mis manos abarco el mundo entero

cuando se entrelazan con las tuyas

Creo que nunca voy a ser capaz de besar

con menos necesidad de aire

acariciar con menos prisa

y abrazar con más fuerza

Creo que nunca voy a ser capaz de entender

qué clase de conjuro habita en mí

que me hace quererte 

como si se pudiera hacer eterna

a una estrella fugaz


H

Lecciones de vida

Yo siempre he estado muy equivocada con la vida ¿Sabéis? Traté de creer ciegamente en una que no tenía ningún sentido, una en la que todo fuera diversión, pasárselo bien, y donde todos fueran buenos amigos y amigos de todos, hasta que la real me dio la hostia más grande que he recibido nunca. Ahora entiendo que la vida no es una risa constante, que hay cosas que hay que trabajarlas, y momentos para todo. Entiendo que hay amigos de bares, y amigos reales. Ahora he entendido que en los momentos duros no va a venir nadie a salvarte porque esos te los tienes que comer tú solo y tener los putos cojones de sacarte a ti mismo adelante, porque esa es la vida, a la única persona que está claro que vas a tener siempre es a ti mismo. He entendido que a veces con quererse no es suficiente, que a veces hay que dar la cara, hablar las cosas y cuidar de la relación, porque si no no sirve para nada. Y he entendido que otras solo te vas a encontrar con palabras frías que corten más que el propio hielo, y entonces sabes que por mucho que quieras, ahí no es. He entendido que a la vuelta de la esquina te puedes encontrar muchas cosas buenas, pero tienes que aprender a encontrarte y salir de las malas. Que a veces la familia es solo cuestión de compartir sangre, y que ese cariño lo puedes encontrar sin embargo en el vecino de en frente, o en aquella persona que viene de otro país buscando una vida mejor. Que todos queremos lo mismo, ser felices, pero muchas veces no sabemos hacer felices a los demás, y todavía pretendemos que los demás sí nos lo hagan a nosotros siempre. No es justo. Que se nos llena la boca diciendo que no somos superficiales, pero nos empeñamos en demostrar que sí lo somos porque salimos corriendo por la puerta de atrás en cuanto vemos algo que no nos gusta y encima mentimos diciendo que fue por otra cosa. Que somos cobardes, que no luchamos por lo que queremos y esperamos sentados a que la vida nos lo traiga en bandeja como si de verdad lo mereciéramos sin haber movido un puto dedo. Que somos egoístas, orgullosos, rencorosos. Que utilizamos a las personas como si fueran piezas de ajedrez y no tenemos en cuenta que son personas con sentimientos igual que nosotros. Que no cuidamos de las cosas, ni de las personas, pero luego pretendemos que no se vayan de nuestro lado. Que no valoramos lo que tenemos. Ni siquiera valoramos nuestra propia vida. Y es justo lo que hoy yo quiero hacer, porque a mí la mía me ha enseñado muchísimo, y yo sí le estoy muy agradecida.

Vacío

Ya es fin de semana
Me pongo guapa y salgo a la calle
Mientras me río te cruzas en mi camino

y de repente las risas llegan hasta tu coche

En menos de dos minutos estamos desnudos

y en menos de dos segundos ya no sé

si estás encima o abajo

pero tengo algo claro

esto se acaba cuando tú acabes

Arrancas, me abres la puerta

y me voy a casa andando

menos mal que encuentro las llaves

Vuelve a ser fin de semana

esta vez tendré más suerte

acabo en tu cama

y tú por lo menos me dejas quedarme a dormir

pero te hablo del amor

y me miras con cara de qué es eso

Me despierto en ropa interior

al lado de un hueco vacío en la almohada

y de un móvil del que nunca recibiré una sola llamada

Mi madre me pregunta dónde he estado

y yo solo puedo pensar

en el siguiente fin de semana

maquillar un poco el vacío

y volver a conocer a alguien

que se encargue de desmaquillarlo

Locura y felicidad

Yo creo que si me muriera ahora, podría estar satisfecha, después de todo, con la vida que he vivido.

He mirado a los ojos a mi amiga y me he reído como si me lo fueran a prohibir el resto de mi vida.
He bailado hasta no sentir las piernas y no escuchar el ritmo de la canción.
He hecho el amor en la orilla de la playa una noche de luna llena y luego he corrido a unos trescientos kilómetros por hora hasta estrellarme con la ola más grande que había visto nunca.
He descubierto otra forma de hacerle cosquillas a alguien: escribirle poesía en la planta de los pies.
He cogido a un niño en brazos y me he contagiado de su inocencia y su felicidad, y me han llevado a mí en brazos cuando estaba medio dormida y sin fuerzas, con beso de príncipe azul incluido.
He tocado el cielo y el infierno con la punta de los dedos de las manos, en cada beso, en cada abrazo, en cada caricia.
Y he conocido el amor, uno que me enseñó que nada de lo anterior realmente importaba si no estaban sus buenas noches al final del día.

Sí, he sido muy feliz, aunque haya estado muy loca, y es precisamente eso por lo que la gente me querrá u odiará, es ese punto de locura el que lo marca todo, y me alegro, me alegro mucho.