Mi refugio desde que no estás

Mi refugio desde que no estás 

tiene alas invisibles

y un par de atrapasueños

en el marco de la puerta

Mi refugio desde que no estás

tiene forma de barco

y es capaz de hacerte sobrevivir

a las peores de las tormentas

en mitad de la marea

Mi refugio ahuyenta tu nombre

y crea otros más bonitos

los escribe sobre el terciopelo

con el que cada noche de invierno

me arropo y me abrigo

Mi refugio desde que no estás

era ya refugio antes de que estuvieras

a donde siempre acudo para que me acune

la poesía entre sus brazos de seda

Cosas como quererte

Hay cosas que son inevitables

como quedarte cinco minutos más

después de que suene la alarma

como cerrar los ojos

cuando te da el sol en la cara

Como sonreír después de un te quiero

que pensabas que nunca ibas a escuchar

Hay cosas que no se pueden parar

como un tren sin freno

como el tiempo

como las olas del mar

Hay cosas inexplicables 

que siempre te van a recorrer por dentro

como tu mirada suspendida en el intento

de hacerme llegar una vez más

A tus labios dándome la dosis justa de veneno

para que sin tus besos no pueda respirar

Hay cosas que son sin querer ser

como mirarte y no saber por qué

te echo de menos hasta cuando estás

Hay cosas que siempre llevaré

conmigo

              tatuadas

                            impresas

                                           resistentes al olvido

como el recuerdo de que te quiero

y te he querido

sin el previo aviso

                    de que lo haría como nunca

                                          y  como a nadie más

Talón de Aquiles

Te vi un verano

después de la derrota

y te besé por el simple placer

de ser educada

y saludar de nuevo a tu boca

Te vi otro verano

pasar muy despacio

y me quedé justo ahí

sintiendo el aire

escaparse entre mis manos

e intentando atrapar gotas de agua

abocadas a fundirse contra el cristal

mientras tú avanzabas

y yo me quedaba atrás

Te volví a ver un verano más

y tu “te quiero” me dolió 

no sé si más o menos

por ser el único en mucho tiempo

o por desvanecerse 

tal cual de tu boca salió

Hablan de puntos débiles

y yo no necesito un cuarto verano

ni segundos eneros ni abriles

para comprender que todo de ti me duele

tanto

                                   

       porque tú siempre serás

                                             mi talón de Aquiles

La duda

No lo dudé

separarnos era la mejor opción

yo en mis playas y con mis libros

tú en tu sofá y con tus dudas

a kilómetros de distancia

y con cientos de nudos en un pecho

que ahogaba un grito de ayuda

No lo dudé

mis poemas serían mucho más bonitos

sin tu nombre

y mis despedidas algo menos dolorosas

después de tu adiós

Pero te vi sin esperarlo una buena noche

y dudé sin darme cuenta

de que la duda solo se reaviva

     cuando se ha ido en contra

                 de lo que verdaderamente anhela  

el corazón.

Decir "te quiero"

Si algo he aprendido en esta vida es que el tiempo vuela

que decir "te quiero" es de valientes
y que si tardas mucho en hacerlo
quizás un día ya sea demasiado tarde

y se te clave para siempre en el pecho

Que ya te van a cerrar demasiadas puertas ahí fuera

para que lo hagas tú mismo el primero

y que a veces la felicidad

no viene de la mano de cosas demasiado grandes

Que si lo miras todo siempre a través de una ventana

nunca sentirás la caricia del aire

Y, en definitiva, que el único que te rechazas a ti mismo eres tú

huyendo de tus propios fantasmas

Cuando eres precisamente tú

quien debería decirse el "te quiero" más importante.

El dolor

Al final lo único que quiere todo ser humano

es escapar del dolor

incluso cuando desea su propia muerte

Es ese mismo dolor

el que nos hace ser precisamente humanos

y cada uno lo vive a su manera;

unos lloran, otros gritan

algunos patalean y solo unos pocos

lo consiguen ocultar tras una sonrisa

Pero todos lo sentimos

está siempre presente 

a nuestro alrededor

como un lobo que acecha a su presa

y le muerde donde más sabe que duele

Pero el dolor, después de todo,

tiene una parte buena

y es que nos recuerda 

que todavía seguimos vivos

porque si no lo estuviéramos no lo sentiríamos

y que tenemos una oportunidad más

para alcanzar aquello

que todo ser humano realmente quiere;

la tan ansiada felicidad.

Pero

¿Acaso de verdad existe?

¿O es tan sólo el dolor con un disfraz?

Yo sé que lo único que querías era escapar de tu propio dolor

Descansa en paz, A.