entre irte sin despedirte
y hacerlo después de decir adiós
Hay una sutil diferencia
entre echar
y echar de menos
entre acelerar los latidos
y arrancar de cuajo el corazón
Hay una sutil diferencia
entre vernos
y mirarnos
entre decir me quedo
y doblar en la siguiente esquina
entre sacarse la espina
y clavársela al de al lado
Hay una sutil e irónica diferencia
entre decir no te vayas
y acabar yéndote tú
entre ofrecer el hombro como paño de lágrimas
para acabar haciendo llorar a esos mismos ojos
entre apostarlo todo al rojo
y después pintarlo todo tan negro
que apenas se vea la luz
Hay una sutil diferencia
entre hacer que te quieran
para querer también
y hacer que te quieran
sin saber por ni para qué
Pero hay un abismo
entre quererte
y quererme
y está claro a quién elijo querer.