A veces me torturo
imaginando cosas que no pueden ser
como tus dedos en mi espalda
dibujando líneas infinitas
a las tres de la mañana
como el sol reflejado en tus pupilas
clavándose de lleno en mi retina
como tus brazos rodeando mis miedos
un domingo viendo el atardecer
A veces me vienen imágenes
tan claras que parecen reales
como tú volviendo
como yo dejando de ir
como tu risa oculta tras un mechón de mi pelo
como la mía sustentándose de ti
Como una batalla entre un quiero y no puedo
en el que ganó el primero
y el segundo se fue
Como una tarde de invierno
delante de la ventana
asustando al frío con besos
y la cama a medio hacer
Y duelen
Joder, que si duelen
tanto como para llegar a romper.
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