Llegué tarde hasta para nacer
(concretamente diez meses)
Llegué tarde a nuestro primer beso
(probablemente
de haberte besado a tiempo
habría sido el tercero)
Llegué tarde al cuarto menguante
de tus ojos verdes emitiendo destellos
al ángulo recto de tus manos
sobre mis piernas cruzadas
y a la hora punta de tu piel erizada
por el roce de mis fríos dedos
Llegué tarde a tu vida
y me fui demasiado pronto de tu almohada
Ahora en el máximo sol de agosto
si cierro los ojos todavía pienso que es de madrugada
Demasiado tarde
o demasiado temprano
según quién lo mire
pero justo a tiempo
de volver a nosotros
y darle vida a todos los posibles
Mejor tarde que nunca
porque nunca es demasiado tiempo sin ti
y la vida puede parecer eterna
Lo que también me lleva a pensar
que nunca es tarde
si la espera es buena
Por eso
llegar tarde
tampoco me parece tan malo
desde que espero llegar a ti
No hay comentarios:
Publicar un comentario