lunes, 23 de diciembre de 2024

Romper el círculo

Andar en círculo tiene una gran desventaja, y es que siempre vas a acabar en el mismo sitio en el que empezaste. Andar en círculo es recorrer una y otra vez todos los puntos que ya conoces, incluso aquellos que ya sabes que te hacen daño. Andar en círculo es pisar las huellas por querer hacerlo seguro, es como escuchar un disco rayado, como cuando la solución al problema es volver al enunciado. Los círculos viciosos son como seguir miguitas de pan que uno mismo ha ido dejando en el suelo en un intento de autosabotaje. Es una profecía autocumplida, es como dar vueltas infinitas a la rotonda por el miedo a coger la salida que no era, cuando quizás, en el fondo todas valen. Y puedes andar en círculo en las relaciones interpersonales, en tus pensamientos, en tus acciones, en tu estilo de vida, en infinidad de aspectos. Si nos paráramos a pensar cuántos kilómetros llevamos hechos solo en ese círculo, entenderíamos la cantidad de mundo que nos hemos estado perdiendo. El ser humano es un animal de costumbres, pero si te acostumbras a romper el círculo, y digamos que, por ejemplo, empiezas a andar en una línea que tampoco es recta, podrías encontrarte cosas diferentes, y maravillosas, en cada curva que apareciera.

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