Abundas de luz los rincones oscuros
donde habitan los pájaros ebrios de soledad.
Sobrevuelas castillos de arena
en submundos donde no existe ni siquiera el mar.
Alegras con tu voz cada nota de mi piel,
que en el vacío de tu música,
apenas logra descifrar el acorde de tu querer.
Vivo enamorada de las cuerdas de tu guitarra
que se enredan en los tonos de tu voz.
No sabes cuán bonito cantas,
no sabes cuán bonito te escucho yo.
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