martes, 26 de noviembre de 2019

En otro momento

Ojalá te hubiera conocido en otro momento. En uno en el que pudiera decirte que fuiste la primera flor al llegar mi primavera. En uno en el que pudiera decirte que jamás me cansé de sentarme en el banco donde jugábamos al policía y al ladrón, esperando con ansia poder pillarte con las manos en la masa, mirándome como nadie más sabe hacerlo ni jamás supiera. Me habría gustado conocerte en un momento en el que nada me hubiese impedido correr cada noche a la puerta de tu casa para leerte un par de poemas de los míos, en un momento en el que me hubieses librado de los brazos del frío. Me habría gustado conocerte en un momento en el que no me hubiese importado decirte lo que siempre me he callado, que sí, que subiría a la cima de los árboles para ver bien tus miedos y poder curarlos, que tienes en los labios una medicina que cura todos mis espantos. Que en tu barquito de vela yo hubiera naufragado, y que me hubiera dormido otra vez si hubieses sido un sueño del que me hubieran despertado.

Pero eso ya no importa, porque en otro momento, tú, lejos de quererme, ya me habrás olvidado.

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