La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
jueves, 30 de junio de 2022
Burbuja azul
miércoles, 15 de junio de 2022
El corazón del mundo
en el reverso de una ola enfurecida
en las trincheras del viento
desafiando la gravedad del suelo
en las luces que se apagan
cuando la ciudad se queda dormida
Suicidio
martes, 14 de junio de 2022
Dolor
Una palabra tan cuantiosa como peligrosa.
Dolor.
La D me hace cosquillas sutilmente, y me hace confiar en ella.
La O empieza a rascarme con algo más de fuerza, y al principio es hasta agradable.
La L utiliza su ángulo recto para intentar clavarse dentro.
La segunda O cierra ese ángulo igual que se cierra a sí misma.
Y para cuando he querido darme cuenta, la R ya ha terminado de hacer que toda la palabra esté incrustada en mi interior.
Dolor.
Qué peligro tienes.
A Andi
el batir de las alas de una mariposa en la otra punta del mundo,
Al Migue
que colgaba de mi pared
y hoy sin querer lo recordé
mientras colgaba de una palmera
allí en la playa.
Era astuta y engañosa,
trepaba, se adueñaba de la casa
y le quitaba sitio a la garrapata,
que no tenía más remedio
que aferrarse a mis rincones
para no caerse.
Puedo jurar que era la libertad extrema.
Las historias de barrio se cuentan
desde lo más profundo
igual que el ser del Migue.
Como el humo de un cigarro que vuela,
las cuerdas de una guitarra
que vibran y se enredan.
La gente camina y las miradas se alzan,
el niño trepa y el perro ladra,
la vida pisa y el tiempo pasa,
el reloj grita mudo el dolor de su alma.
En la plazuela no se padece,
con las flores el tiempo se humedece.
Las risas hacen ecos en los cristales
de las ventanas que se abren.
El tiempo entre unas manos,
la vida verde como la hierba,
los compadres y sus hermanos
bebiendo un traguito de cerveza.
El migue pertenecía a ese mundo
en el que yo caí de cabeza.
Ganas de vivir, energía y amistad,
lo necesario para encender
y no quemar la candela.
Y allí arriba con las estrellas y la luna
estará brillando el Migue en alguna duna,
cantándoles bajito a la hora de dormir
pa’ quitar to sus miedos
y hacerlas sonreír.
No temo a nada
porque er Gufi me acompaña.
Vivo enamorada de sus letras y sus mañanas.
Como regaliz negro del que engaña,
parece bueno pero te desgarra.
Lo quiero porque es suyo,
lo quiero porque mis penas consumo.
Los rayitos de sol no me iluminan en valde,
a veces la felicidad me viene grande.
Me duermo pensando en el aire de la calle
que pinta de rosa mi pañuelo.
En él lloro mi amargo sentimiento
causa de más nadie.
Guardo mis notas
dentro del sobre.
Él sabe que dentro lo llevo
guardado por cojones,
porque lo quiero.
Solo veo su cara y mis temores se esconden,
solo escucho su voz y mi corazón se encoge.
Corazón garrapatero
y matajare en acordes.
Amigos
por mis amigos que aun en la distancia me acompañan,
El amor
A Chema
y recordarte el rayito de luz que eres en mi vida
desde que apareciste en ella para alumbrarla.
Hoy me apetecía valorar lo especial que eres
y la forma tan única que tienes de convertir los problemas en motas de polvo.
A tu lado me siento más normal
pero también más yo
y quizás sea porque tú eres la única persona que me hace sentir que ser yo está bien
y eso te lo voy a agradecer toda la vida.
Has sido mi suerte, nunca llegarás a saber el bien que le has hecho a esta sentida niña que tantas veces promulga el cariño que te tiene, créeme, es por algo.
Si la amistad fuera una persona,
esa sin duda serías tú.
Gracias por ser mi amigo, eres quien le hace honor de verdad a esa palabra que todos dicen hoy con tanta facilidad.
miércoles, 1 de junio de 2022
Stop
He decidido preguntarme
Alguien importante,
me he respondido.
Pero no, resulta que eres más.
Eres el stop de mi carretera.
Eres lo que cuando me pongo a mil por hora
y me entran inmensos deseos de destrozarlo todo
para luego mandarlo a la mierda
me dice “para”, “espera”;
aún hay cosas bonitas,
aún hay playas desiertas
a las que poder ir a embaucarte de su silencio,
aún hay atardeceres a los que fotografiar con la memoria
y conversaciones que dejamos a medias.
Eres como la grieta en la pared del salón,
que pase el tiempo que pase siempre recordarás dónde está
porque es lo único que no se mueve ni cambia
aunque todo lo demás efectivamente se vaya a la mierda.
Ese eres tú, con la única diferencia de que tú eres más bonito
y me haces recordar a mí que lo soy
y que lo seguiré siendo
a pesar de todas las grietas que cargo en mi interior.
-A Josema
El tren que perdí
aunque sepas que lo has perdido.
Sí, podría decirse que he sido esa persona que se sienta en la estación
con la mirada perdida en el andén,
recordando cómo fue el momento exacto en el que ese tren salió
ante unos ojos llenos de rabia e impotencia
y los nervios arañándole la piel.
Quizás a veces no se pierda por una cuestión de tiempo,
no por llegar tarde,
sino por no saber cómo o no estar preparado para subirse.
Creo que eso fue lo que me pasó a mí.
Me temblaron demasiado las piernas ante ese último escalón que jamás fui capaz de subir.
Es curioso haberme encontrado con ese mismo tren
en otra estación diferente
al cabo de los años.
Ni siquiera recorría ya el mismo camino que antes,
ni tenía las mismas paradas,
mucho menos el mismo destino.
Pero a fin de cuentas, ese tren seguías siendo tú
y aunque todo lo demás haya cambiado,
me alegro de haberme podido sentar por fin en uno de tus vagones.
Solo te diré que las vistas de los paisajes que se ven desde aquí
siguen siendo tan bonitas como me las imaginaba,
que ya no será el tren que me lleve a casa
pero sí el que me lleve a la playa
y que igual el destino ha tardado en darme otra oportunidad
pero ha merecido la pena subirme al fin a este tren
incluso hasta después de descarrilar.