que no te quiero como al primer día de verano
como al último copo de nieve del invierno
como a la mayor caída que amortiguaron mis manos
Te mentiría si te dijera
que no eres como la risa de un niño
una tarde lluviosa de domingo
como un café caliente por la mañana
como esa fina sábana
con la que arropo cada uno de mis miedos
Te mentiría si no te dijera
que eres el arcoiris de mi lluvia
la calma de mis tormentas
y cada una de las esquinas
donde pierdo la esperanza
que tú siempre encuentras.
Te mentiría si te dijera
que todo lo que digo
y escribo
es para una musa a la que tú
en nada te parecieras
Y probablemente sería el pecado más grande
que pudiera salir de los labios de una boca inocente
que jamás peca
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