Volveremos a vernos
cuando la nieve en invierno se derrita
cuando la nieve en invierno se derrita
cuando enero le suelte la mano a febrero
cuando la noche deje de preceder al día
Volveremos a querernos
como las agujas de un reloj girando hacia la izquierda
como un kamikaze saltándose un semáforo en rojo
con la misma fuerza que alberga
el mayor de los huracanes en su ojo
Sí, volveremos
con la espina clavada en la retina
y escondiéndola detrás del párpado en cada beso
pero quizá
nos toque hacerlo
ya en otra vida
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