Por ti dejé mi pena
en el mar de mi llanto.
Por ti dejé la luz del faro
y caminé en la tiniebla.
Por ti dejé el viento
arrasando a su paso.
Por ti dejé a la lluvia
dormida caer del cielo.
Por ti dejé a la luna,
calmar el llorar del mar.
Por ti callé mis palabras mudas
y dejé en silencio mi herida sanar.
Por ti dejé al frío morir
en los brazos del invierno.
Por ti dejé a mi corazón vivo
sentir lo que viva siento.
Por ti dejé a mi tristeza
olvidar un día malo.
Por ti dejé al miedo
llorar abandonado.
Por ti dejé mi sueño
clavado en tus ojos magos.
Por ti dejé a mis labios
pronunciar tu nombre en verso.
Por ti he dejado mis ganas
ancladas a tu vida.
Por ti me he despedido
de los sangrantes ojos de la despedida.
Por ti he dejado cerrado
el libro de lo vivido.
Por ti ya me he olvidado
de las frías manos del olvido.
Por ti he dejado mi alma agradecida
sonreírle a tus palabras.
Por ti he dejado mis palabras
en tus manos protegidas.
Por ti he dejado mi felicidad
ser feliz gracias a la tuya.
Por ti he dejado mi compañía
de tu lado no irse nunca.
Por ti he dejado mi alegría
confundirse en tu sonrisa.
Por ti he dejado mi sonrisa
ser consecuencia de tu alegría.
Por ti he dejado a mi vida
enamorarse de tu silencio.
Por ti dejaré a mis gritos
gritarte que te quiero.
Por ti yo he dejado
todo cuanto he tenido.
Por ti he llorado
lo que yo más he querido.
Por ti he perdido
lo que te he dado.
Por ti he ganado
lo que contigo vivo.
Aunque sólo sea un sueño.
Por ti dejé la inocencia del deseo
perdida en tus estribos.
Mario C.
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