La suerte no se aferra a los tréboles sólo para no perderse. Las hojas no caen de los árboles por la voluntad del viento. La luna no llama a la marea, ni las olas corren ansiosas a la orilla en busca de su espuma. Los pájaros no vuelan por buscar, ni por encontrar una salida. La lluvia no salta de nube en nube, ni salta al vacío. En invierno las estrellas tienen frío, y la madrugada también lo siente.
Lo malo siempre nos lleva ventaja, y lo bueno se esconde detrás de nosotros. El camino confunde y las puertas se distorsionan. La luz daña la vista, y la oscuridad nos abraza. Siempre cuando más frío hace. El cielo queda alto y el suelo parece estar aún más cerca, cuando nos damos de bruces contra él.
He querido ser fuerte, he querido vivir de los sueños y refugiarme en la bohemia. Pero me hace más daño cantar notas alegres y saborear el tono de mis lágrimas tornadas de nostalgia y pobre compasión barata. Me he dado la mano y he imaginado estar a salvo de las adversidades de este misterioso y cruel mundo. He cerrado los ojos y lo he sentido, esa fuerza que nadie más te da, que sólo tu alma te brinda. Esa fuerza que te da las ganas de vivir. He callado todo lo que he tenido que decir y me lo he guardado para mí. Porque soy egoísta, porque nunca es suficiente, y porque siempre quiero más.
Que nadie comprenda mi sonrisa y que nadie comparta mi alegría. Que todos se pierdan en mí, y que no sepan quién soy. Me es indiferente. Quiero más. Mi camino es para mí, y sólo hecho para mis pasos. No quiero a nadie más aquí conmigo, no quiero que nadie me acompañe en el camino. Es cosa mía si me quito los zapatos y voy descalza. Eso a nadie le importa. Y yo, por mi vida, quiero más.
Quiero ver salir el sol cada mañana y quiero escuchar a los pájaros cantar. Quiero beber café y leer un libro cada tarde. No cualquier libro, uno de esos con páginas amarillentas y olor a tiempo pasado. Uno de esos libros que nadie lee, nunca. Quiero salir a la calle de madrugada y mirar al cielo, contar la infinidad de estrellas que brillan en él. Quiero sentir el aire frío rozar mi cara y mover mi pelo de lado a lado, arriba y abajo. Quiero dormir en los brazos de la naturaleza, y no quiero que nadie me abrace, ni me despierte por la mañana.
No quiero que nadie me bese, no quiero más historia de amor que respirar la belleza de la luna, cuando la miro por las noches.
Quiero ser diferente. No quiero parecerme a ella para agradarte más a ti, ni quiero ser como él dice que debo ser para llamar tu atención. Quiero ser como soy, porque así soy, bohemia, soñadora, escritora perdida en mil mundos. Todos los que invento, a todos los que pertenezco. Y que nadie lo entienda. Me gusta disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, aquellas que continuamente se presentan ante nuestros ojos pero nadie ve. El cielo, el mar. Una hoja que se mueve alrededor del silencio, bailando para él. La belleza de las cosas. Muero por y vivo para saborear la esencia de la vida. Me hace ser mejor. Más grande. Inmensamente grandiosa y especial. Y no me importaría ser la única en el mundo, si puedo seguir siendo como yo soy. Sólo Lucía, como lucía el sol aquella mañana de agosto en la que nací.
Loes❤
No hay comentarios:
Publicar un comentario