miércoles, 22 de marzo de 2017

Soldado

¿A dónde van las tardes,
con tanta prisa?
¿Por qué el telón de la noche
cae de pronto,
negro y pesado,
y nos cierra el espectáculo
del dorado crepúsculo?
¿Quién se toma el tiempo
para afilar la espada
de la melancolía gris
que nos atraviesa la garganta?

¿Quién demonios
quiere llovizna,
pasos mojados
y manos frías?

Si pudiera atrapar la noche negra
en una taza de café...
Y dejar para siempre
en cámara lenta
al atardecer...

¿A dónde vas soldado,
que te desvías hacia mi corazón?
¿Por qué no guardas tu rifle,
si ya no tienes diana?
¿Por qué no disparas al aire?
Me apuntas a mí, que no soy nadie,
tan sólo alguien que de ti se enamoró.

¿Quién te aprendió a querer tan pronto,
que tan rápido hoy de ti se olvida?
Por ti yo ahora estoy en esta batalla,
por ti sé que no será guerra perdida.

¿Quién demonios puede vivir sin tenerte?
¿Quién diablos puede no quererte?
¿Quién es capaz de vivir sin ti,
de morir sin probar de tu elixir?

Si no despertara mañana, debes saber,
me habría gustado morir hoy en tus brazos.
Si no despierto sigo soñando;
el sol que desnuda el amanecer,
las estrellas que guían a los barcos.
El mundo está hecho de sueños abreviados
y la realidad se desmorona como el mojado papel.
Mientras yo no despierte...
Ven aquí, ven mi soldado.


Loes



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