lunes, 25 de febrero de 2019

Anclado en este bar

Y esta noche aún sigo aquí. Anclado en este bar. Buscando tu recuerdo en el fondo de la botella. Bebiéndome la tristeza hasta dejarla vacía, llorando tu ausencia hasta de lágrimas volver a tenerla llena. Suena música de fondo y me acuerdo del ritmo de tus curvas cuando me sacabas a pasear, cuando me llevabas de viaje a algún caluroso lugar. A veces solía quedarme dormido sobre el brillo de tu mirada y tus manos me despertaban haciéndome cosquillas en el alma. Qué hermosa embriagadez. La de tus labios curvándose justo antes de llegar al filo de tu sonrisa. Qué estupidez. La de perderte como en un instante te visita una efímera brisa. Qué sencillo no olvidarte. Qué complicado poder perdonarme. Por no poder alzar tu vuelo. Por seguir perdido entre las tablas de tu falda. Por saber que he deseado tu libertad y a día de hoy, que va, ya no la quiero.

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