que me escribiste algún día en clase
Teníamos quince años
y muchos sueños por delante
Andábamos de banco en banco
contándonos con detalle cómo se harían realidad
sin ser conscientes de que ya se estaban dando
simplemente con podernos abrazar
Noches de arrasar la nevera
y desnudarnos el corazón
Yo te contaba que me gustaba escribir poesía
tú guardabas un precioso invierno debajo del colchón
Tú conociste el amor antes que yo
y yo te escuchaba atentamente
como a la hermana mayor que para mí siempre fuiste
Al verano siguiente
con tus manos tapaste los rayos del sol
que incidían en la quemadura de tercer grado que me dejó su beso antes de irse
Y después
cuando vinieron los días de lluvia
y tardes de disculpas a medias
lo que me quemaba era el frío
que sentía sin ellas
Teníamos quince años
y dieciséis heridas abiertas
Hoy tengo veinticinco
y necesito que me sigas abrazando
como a una hermana pequeña
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