Reconozco que he soñado con la posibilidad
de poder tocarnos
hasta que se duerman las manos.
He estado pensando en aquello
que no sé de ti,
y te has convertido en la diana
a la que se dirigen todos mis dardos.
Nadie quiere llovizna,
manos frías,
pasos en vacío.
No sé, a mí me gusta el volcán en erupción
que es tu mirada.
Y no sé de qué color es.
Pero sé que tu corazón a veces
se parece al mío.
Reconozco que a veces he sentido
un efímero sin sentido,
de tus días con mis noches,
de mis silencios con tus voces.
Y luego me he dormido.
Reconozco que me gustaría
tener el inefable recuerdo
de haber besado alguna vez
tu etérea sonrisa.
Y sé que mis pasos son superfluos.
Pero camino sin prisas.
Ojalá encontrarte en el camino.
Sin pedirlo.
Pero ojalá.
Que ilumines cada poro de mi piel.
Cual arrebol cada atardecer.
Perdón por la irrupción,
pero la bonhomía me consume.
¿Quién quiere corazones hechos de cristal
y almas del peso de una nube?
La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
viernes, 11 de enero de 2019
jueves, 10 de enero de 2019
Sobre mí
¿Y a mí qué me vas a contar? Que me he quedado descalza para ir a ahogarme en el mar. Que he roto todos los platos y no he comprado una vajilla nueva. Que vivo lejos pero al final siempre acabo volviendo a pasar por tu puerta. ¿Qué me vas a decir? Si he contado estrellas para no contar lágrimas, si he fumado tanta distancia que me duelen los pulmones. ¿Qué me vas a explicar de quien amas, si yo al arrancármelo y tirarlo ya no entiendo de corazones?
*
Cuando desayuno me gusta comer pan con aceite y tomate. Me gusta coger el coche y ponerme a 130 km/h por carretera. Me gusta tener música de fondo para hacer cualquier cosa. O para no hacerlas. Me gusta sentarme por las noches en mi terraza y fumarme un par de cigarros, una calada por cada problema en ese día. Me gusta tumbarme y escribir verso, prosa, poesía, o cuánto te quiero. Me gusta darte la mano y que cuando te la suelte ya no la tengas tan fría. Me gusta mirarte a los ojos y ver un mundo detrás de ellos. Me gusta andar descalza. Me gusta jugar con mi pelo. Me gusta tomarme unas copas con mis amigos. Me gusta bailar aunque no sepa hacerlo. Me gusta irme por ahí. Me gusta estar en casa. Me gusta la vida. Me gustan sus pequeñas cosas. Y a veces se me hace pesada. Pero nunca me aburre, jamás me cansa.
*
Cada día duermo más.
Cada día sueño menos.
Cada día fumo más.
Cada día respiro menos.
Cada día bebo más.
Cada día como menos.
Cada día leo más.
Cada noche me emborracho más de letras
y cada mañana rengo más resaca de versos.
Y no me importa.
Pero algo en mí está cambiando.
Tengo ojeras de haber llorado.
Y mucho.
Me anticipo a las penas
y recorro el mar de mis lágrimas en barco.
Busco donde sé que nunca hubo.
No espero nada de nadie
y espero demasiado de la vida.
A veces veo mi estupidez reflejada
en muchos libros de psicología.
Quién me quiere.
Creo que me quería yo a mí misma.
La casa es demasiado grande.
Para albergar tantas premisas.
Seis de enero y ya sé cómo será el resto del año.
Yo intento hacerlo bonito,
pero hace tiempo que ya no me engaño.
*
Todos tienen derecho a una historia de amor,
yo me conformo con libros de poesía.
Hoy todos disfrutan de besos, abrazos y calor,
y yo me emociono entre versos que tengan una buena rima.
Y eso es lo que hay.
Y eso es lo que tengo.
Y ese es el amor de mi vida.
*
Cuando desayuno me gusta comer pan con aceite y tomate. Me gusta coger el coche y ponerme a 130 km/h por carretera. Me gusta tener música de fondo para hacer cualquier cosa. O para no hacerlas. Me gusta sentarme por las noches en mi terraza y fumarme un par de cigarros, una calada por cada problema en ese día. Me gusta tumbarme y escribir verso, prosa, poesía, o cuánto te quiero. Me gusta darte la mano y que cuando te la suelte ya no la tengas tan fría. Me gusta mirarte a los ojos y ver un mundo detrás de ellos. Me gusta andar descalza. Me gusta jugar con mi pelo. Me gusta tomarme unas copas con mis amigos. Me gusta bailar aunque no sepa hacerlo. Me gusta irme por ahí. Me gusta estar en casa. Me gusta la vida. Me gustan sus pequeñas cosas. Y a veces se me hace pesada. Pero nunca me aburre, jamás me cansa.
*
Cada día duermo más.
Cada día sueño menos.
Cada día fumo más.
Cada día respiro menos.
Cada día bebo más.
Cada día como menos.
Cada día leo más.
Cada noche me emborracho más de letras
y cada mañana rengo más resaca de versos.
Y no me importa.
Pero algo en mí está cambiando.
Tengo ojeras de haber llorado.
Y mucho.
Me anticipo a las penas
y recorro el mar de mis lágrimas en barco.
Busco donde sé que nunca hubo.
No espero nada de nadie
y espero demasiado de la vida.
A veces veo mi estupidez reflejada
en muchos libros de psicología.
Quién me quiere.
Creo que me quería yo a mí misma.
La casa es demasiado grande.
Para albergar tantas premisas.
Seis de enero y ya sé cómo será el resto del año.
Yo intento hacerlo bonito,
pero hace tiempo que ya no me engaño.
*
Todos tienen derecho a una historia de amor,
yo me conformo con libros de poesía.
Hoy todos disfrutan de besos, abrazos y calor,
y yo me emociono entre versos que tengan una buena rima.
Y eso es lo que hay.
Y eso es lo que tengo.
Y ese es el amor de mi vida.
Sobre ti
Perdón por quererte. Perdón por ilusionarme contigo. Perdón por encender fuegos cada vez que me miras. Perdón por las veces que me ha temblado el alma cuando me has besado. Perdón por crear castillos de marfil, por escribirte poesías firmadas con tinta negra, por sonreírles a las estrellas fugaces cuando me hablaban de ti. Perdón por ser tan vulnerable a tu amor, por tratar de cuidarte, por querer verte a secas y por querer verte feliz. Perdón por desear pasar el resto de mis alegrías e idilios junto a ti. Perdón por morirme de amor cada vez que te tengo cerca. Perdón por echarte tantísimo de menos cuando estás lejos. Perdón por llegar a estar tan loca como para pensar que quizás tú sientas lo mismo que yo y que alguna vez acabaremos juntos. Perdón por quererte como nadie te ha querido. Lo siento, de veras.
*
Ayer noche cerré los ojos antes de dormir.
Y en mitad de la oscuridad te vi.
Entre tanto silencio te escuché.
Y me resbalé por el recuerdo de tus manos suaves
con las mías ásperas.
Y me caí.
Y me rompí el corazón.
Y dejé de sentir.
Pero desperté del sueño.
Y te quise una vez más.
Clavel rojo en una explanada de verde.
Venus ocupando todo el cielo.
Te eché de menos.
Te eché mucho más de menos.
Casi como lluvia de Abril.
*
El otro día encontré tu alma tirada
debajo de mi cama
y le pregunté por qué hay noches
más oscuras que el negro de tus ojos.
Ella me dijo que no me dejaría sola,
que todos los interruptores estaban rotos
y no se podía encender una sola lámpara.
Le di la mano antes de dormir,
y me acordé de todas aquellas hadas locas
que alguna vez me dijeron
que el recuerdo no es lo único
que me quedaría de ti.
*
Creo que ya no te quiero.
Ya no tengo las venas obstruidas.
El corazón ha vuelto a su sitio.
Creo que ya no te miento.
Estoy justo en la puerta de salida
y frente a mí miles de libros.
(Que no hablan de ti)
*
Ayer noche cerré los ojos antes de dormir.
Y en mitad de la oscuridad te vi.
Entre tanto silencio te escuché.
Y me resbalé por el recuerdo de tus manos suaves
con las mías ásperas.
Y me caí.
Y me rompí el corazón.
Y dejé de sentir.
Pero desperté del sueño.
Y te quise una vez más.
Clavel rojo en una explanada de verde.
Venus ocupando todo el cielo.
Te eché de menos.
Te eché mucho más de menos.
Casi como lluvia de Abril.
*
El otro día encontré tu alma tirada
debajo de mi cama
y le pregunté por qué hay noches
más oscuras que el negro de tus ojos.
Ella me dijo que no me dejaría sola,
que todos los interruptores estaban rotos
y no se podía encender una sola lámpara.
Le di la mano antes de dormir,
y me acordé de todas aquellas hadas locas
que alguna vez me dijeron
que el recuerdo no es lo único
que me quedaría de ti.
*
Creo que ya no te quiero.
Ya no tengo las venas obstruidas.
El corazón ha vuelto a su sitio.
Creo que ya no te miento.
Estoy justo en la puerta de salida
y frente a mí miles de libros.
(Que no hablan de ti)
Siempre has sido tú
Mis ojos son castillos de hielo que cuando me miras se empiezan a derretir. A veces escalo por tu mirada y cuando llego a la cima me pregunto si pueden existir vistas más bonitas que el reflejo de las que tengo en frente. A veces me subes tan alto que me das vértigo. A veces, y sólo a veces, me duermo en una nube mientras me besas los labios. Te he echado de menos. He visto al mundo temblar y no me ha importado cuando me has dado la mano. He vuelto a sentir aquel pellizco en el alma. Y es que mi corazón es de ti. Porque sus latidos siempre van al ritmo de tus pasos. Más débiles cuando estás lejos. Más fuertes ahora que has vuelto. Y te diría que la Navidad es bonita, pero lo bonito es terminar el año como lo empecé; queriéndote como la estrella de Oriente quiso a su Belén. Me das paz. Me das vida. Y he entendido que podemos estar a la vez tan lejos y tan cerca como lo están Diciembre y Enero, que al final el mundo siempre va a volver a girar cuando me mires, cuando me beses, y que el resto me va a dar igual. Y eso me basta. Y me lleva a una conclusión: siempre has sido tú.
Adrián A.R❤
Nuestro futuro
Yo también echo de menos
que alguien me de las buenas noches,
que me diga te quiero,
que me espere despierto y me bese en el porche.
Echo de menos escuchar baladas de amor
mientras pinto las paredes de mi casa,
ir temprano a trabajar,
viajar por tu espalda los fines de semana.
Echo de menos fotografiar las puestas de sol
en la playa los veranos,
dibujar corazones en las portadas de los libros,
correr detrás de mi gato,
comer a deshoras y a mi ritmo.
Echo de menos mirarte a los ojos
y acordarme del día que decidimos qué nombre ponerle,
qué coche comprar,
qué película ver los viernes.
Echo de menos el árbol de Navidad
que acabó roto después de cinco inviernos.
Echo de menos dormirme sobre el escritorio
y usar tus vasos de ceniceros.
Echo de menos Barcelona,
el color de sus calles
y aquel avión que cogimos un día
para casarnos en Roma.
Echo de menos abrir cajas de regalo
que vienen sin nombre,
que me compres anillos
que me quedan grandes,
que juguemos a pares
y saques nones.
Echo de menos ponerme tus camisetas
y que me tapen hasta las rodillas,
ducharme contigo cada noche
antes de acostarnos,
despertarte con cosquillas.
Echo de menos tenerte conmigo.
Echo de menos nuestro futuro,
echo de menos hasta aquello
que nunca he tenido.
que alguien me de las buenas noches,
que me diga te quiero,
que me espere despierto y me bese en el porche.
Echo de menos escuchar baladas de amor
mientras pinto las paredes de mi casa,
ir temprano a trabajar,
viajar por tu espalda los fines de semana.
Echo de menos fotografiar las puestas de sol
en la playa los veranos,
dibujar corazones en las portadas de los libros,
correr detrás de mi gato,
comer a deshoras y a mi ritmo.
Echo de menos mirarte a los ojos
y acordarme del día que decidimos qué nombre ponerle,
qué coche comprar,
qué película ver los viernes.
Echo de menos el árbol de Navidad
que acabó roto después de cinco inviernos.
Echo de menos dormirme sobre el escritorio
y usar tus vasos de ceniceros.
Echo de menos Barcelona,
el color de sus calles
y aquel avión que cogimos un día
para casarnos en Roma.
Echo de menos abrir cajas de regalo
que vienen sin nombre,
que me compres anillos
que me quedan grandes,
que juguemos a pares
y saques nones.
Echo de menos ponerme tus camisetas
y que me tapen hasta las rodillas,
ducharme contigo cada noche
antes de acostarnos,
despertarte con cosquillas.
Echo de menos tenerte conmigo.
Echo de menos nuestro futuro,
echo de menos hasta aquello
que nunca he tenido.
Kilómetro cero de Madrid
La vida es cruel,
pero yo lo soy más, en serio.
Ya no me escondo detrás de los callejones,
ahora me subo a los tejados y escribo en ellos.
A quien alguna vez me echó de menos
ahora yo le echo de más.
Al que solía ir con el teatro de frente,
la máscara se le está cayendo por detrás.
Le has venido a hablar de agua
a la tormenta,
intentas convencerte de una bondad
a la que ni subido a un andamio llegas.
En mi corazón es verano
desde que vivo lejos de ti.
La vida es un corredor en la meta de su entusiasmo,
y yo soy el kilómetro cero de Madrid.
pero yo lo soy más, en serio.
Ya no me escondo detrás de los callejones,
ahora me subo a los tejados y escribo en ellos.
A quien alguna vez me echó de menos
ahora yo le echo de más.
Al que solía ir con el teatro de frente,
la máscara se le está cayendo por detrás.
Le has venido a hablar de agua
a la tormenta,
intentas convencerte de una bondad
a la que ni subido a un andamio llegas.
En mi corazón es verano
desde que vivo lejos de ti.
La vida es un corredor en la meta de su entusiasmo,
y yo soy el kilómetro cero de Madrid.
Vie(r)nes y no vuelves
Lunes y te vas.
Vie(r)nes y no vuelves.
La cama hundida una vez más
por el peso de tu ausencia que me envuelve.
Dejo que me abrace
y le hago el amor.
Tiene las manos frías,
arde mi interior.
Apago la luz
y tu fantasma aparece.
Brilla en la oscuridad,
le hago un hueco para que se siente.
A veces me emborracho de letras
y tengo resaca de versos.
Ayer leí que ya no te amo, sino a mi soledad,
pero hoy escribo que te echaré de menos.
Vie(r)nes y no vuelves.
La cama hundida una vez más
por el peso de tu ausencia que me envuelve.
Dejo que me abrace
y le hago el amor.
Tiene las manos frías,
arde mi interior.
Apago la luz
y tu fantasma aparece.
Brilla en la oscuridad,
le hago un hueco para que se siente.
A veces me emborracho de letras
y tengo resaca de versos.
Ayer leí que ya no te amo, sino a mi soledad,
pero hoy escribo que te echaré de menos.
Verdades que duelen
Me das la mano,
me rompes el corazón.
Vengo de dar vueltas por un mundo
donde quien habla nunca tiene la voz.
Me dices que me quieres
y te ganas mi confianza.
Estoy acostumbrada a que lo que se diga cale
y lo que se haga no sirva para nada.
Te dicen que dos mas dos son cuatro
y luego no queda ninguno.
Te ponen buena cara cuando estás
pero cuando te largas se parten el culo.
En las buenas te sobran manos
que te sirvan cubatas.
Pero en las malas todos las esconden
debajo de la manta.
En este mundo la gente te da los buenos días
mientras mete sus zarpas en tu cartera.
Te llaman "amigo"
pero no te llaman en tus noches en vela.
Si hablas te ignoran
y si gritas te pegan.
En cambio, a ellos hay que escucharles
y ayudarles en todo lo que quieran.
Pues si esto es así que paren el mundo, que yo me bajo y cruzo la frontera.
*
Hoy me quiero quedar.
Porque estoy cansada de huir.
Hoy quiero dejar de ser invisible.
Hoy quiero no ver más allá de mí.
Dar mucho, recibir poco.
Es la ley del masoca al que le gusta
vivir dentro de la boca del lobo.
Hoy quiero no querer.
Porque quiero quererme.
Si voy a ser yo la única
que se preocupe por mí,
quiero hacerlo de lunes a viernes.
Y el fin de semana voy a hacerme sonreír.
Miraré por la ventana
y me tomaré un buen café.
Me leeré un buen libro
tumbada en mi jardín.
Imaginario.
Real como la vida.
Aquella que empiezo borrando
cumpleaños del calendario
y señalando con permanente
todos (mis) días.
A tomar por culo todo(s) lo(s) malo(s).
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