jueves, 10 de enero de 2019

Siempre has sido tú

Mis ojos son castillos de hielo que cuando me miras se empiezan a derretir. A veces escalo por tu mirada y cuando llego a la cima me pregunto si pueden existir vistas más bonitas que el reflejo de las que tengo en frente. A veces me subes tan alto que me das vértigo. A veces, y sólo a veces, me duermo en una nube mientras me besas los labios. Te he echado de menos. He visto al mundo temblar y no me ha importado cuando me has dado la mano. He vuelto a sentir aquel pellizco en el alma. Y es que mi corazón es de ti. Porque sus latidos siempre van al ritmo de tus pasos. Más débiles cuando estás lejos. Más fuertes ahora que has vuelto. Y te diría que la Navidad es bonita, pero lo bonito es terminar el año como lo empecé; queriéndote como la estrella de Oriente quiso a su Belén. Me das paz. Me das vida. Y he entendido que podemos estar a la vez tan lejos y tan cerca como lo están Diciembre y Enero, que al final el mundo siempre va a volver a girar cuando me mires, cuando me beses, y que el resto me va a dar igual. Y eso me basta. Y me lleva a una conclusión: siempre has sido tú.

Adrián A.R

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