Me das la mano,
me rompes el corazón.
Vengo de dar vueltas por un mundo
donde quien habla nunca tiene la voz.
Me dices que me quieres
y te ganas mi confianza.
Estoy acostumbrada a que lo que se diga cale
y lo que se haga no sirva para nada.
Te dicen que dos mas dos son cuatro
y luego no queda ninguno.
Te ponen buena cara cuando estás
pero cuando te largas se parten el culo.
En las buenas te sobran manos
que te sirvan cubatas.
Pero en las malas todos las esconden
debajo de la manta.
En este mundo la gente te da los buenos días
mientras mete sus zarpas en tu cartera.
Te llaman "amigo"
pero no te llaman en tus noches en vela.
Si hablas te ignoran
y si gritas te pegan.
En cambio, a ellos hay que escucharles
y ayudarles en todo lo que quieran.
Pues si esto es así que paren el mundo, que yo me bajo y cruzo la frontera.
*
Hoy me quiero quedar.
Porque estoy cansada de huir.
Hoy quiero dejar de ser invisible.
Hoy quiero no ver más allá de mí.
Dar mucho, recibir poco.
Es la ley del masoca al que le gusta
vivir dentro de la boca del lobo.
Hoy quiero no querer.
Porque quiero quererme.
Si voy a ser yo la única
que se preocupe por mí,
quiero hacerlo de lunes a viernes.
Y el fin de semana voy a hacerme sonreír.
Miraré por la ventana
y me tomaré un buen café.
Me leeré un buen libro
tumbada en mi jardín.
Imaginario.
Real como la vida.
Aquella que empiezo borrando
cumpleaños del calendario
y señalando con permanente
todos (mis) días.
A tomar por culo todo(s) lo(s) malo(s).
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