Todavía sigue habiendo cosas buenas en la vida,
cosas que no cambian,
como el olor a dama de noche
cuando giro la esquina de mi calle
al recogerme un verano de madrugada,
la risa de mi amiga
después de meses sin escucharla,
verte de lejos
y verte feliz
aunque sea sin saludarte.
Mi cama cuando vuelvo cansada,
mi frigorífico lleno,
mi madre haciendo ruído,
mi padre hablando sin parar.
Todos esos libros
que hacen de la estantería su refugio,
todos mis escritos,
mi pluma de escribir en el brazo derecho,
poesía en la lupita de instagram.
Un baño en la playa
bajo la atenta mirada de las estrellas,
la música hablándome al oído,
mis recuerdos
y el beso de su bala.
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