-Pídeme cualquier cosa, menos que deje de escribir. Sencillamente porque no puedo.
-Cuando sonríes me muero, y siento un campo en pleno día de primavera.
-Todavía sigo siendo yo. Ahora tengo más quemaduras, pero tú sigues siendo la única de tercer grado.
-La familia no siempre es de sangre y para mí la mía siempre van a ser mis amigos.
-Todos saben que te quise, pero nadie sabe cuánto.
-Te dije que acabaría con esta puta adición de mierda a ti. Lo que no sabes es que a día de hoy todavía sigo aguantando el mono como puedo.
-Me da muchísima pena pensar y saber que las personas, tanto de mi círculo como ajenas, nunca van a tener ni puta idea ni de la cuarta parte de lo que realmente llevo, tengo y soy por dentro.
-La gente no sabe escuchar, no tiene paciencia, no sabe tratar, no tiene empatía. La gente no sabe reconfortar ni arropar a los demás cuando más lo necesitan, porque ni siquiera saben identificar ese momento.
-Sigue con tu vida, amor mío, y quizás algún día, cuando me eches de menos, encuentres alguna página perdida entre cualquiera de mis libros que te sirva de bálsamo para mi ausencia.
-Cuando todo acabe quizás no pueda decir grandes cosas de mi vida. Pero, al menos, sí que tuve unos buenos amigos.
-Es horrible la sensación de sentir que no le puedes contar a nadie cómo te sientes. Para que luego pregunten para qué sirve la poesía. Ella siempre escucha y arropa, a todas horas, sin objeciones.
-Me entristece mucho pensar que las personas siempre se van a quedar con lo que les decimos o les hacemos, pero nunca van a tener ni idea de todo lo que nos callamos o dejamos de hacer por ellas, y es justamente ahí donde más demuestras que de verdad quieres a alguien. Tan irónico como cierto.
-Nunca te sientas culpable por querer demasiado a alguien. El amor nunca puede ser malo, el amor purifica, vitaliza, engrandece. Incluso cuando no sea correspondido, tú llevarás siempre esa dicha contigo, y la otra persona, sin embargo, la desgracia de no volver a sentirse así de querida nunca más.
-Ya no recuerdo quién me dijo hace años después de leer algunos de mis escritos que mi único afán era querer ir de bohemia, pero sea quien fuese, le acompaño profundamente en el sentimiento por no poder ser capaz de entender el arte de escribir. Tiene que ser bastante jodido vivir sin sentir nada cuando lees. La verdad, no quiero ni imaginármelo.
-Con el paso del tiempo he entendido que cuanto más quieres sacarte algo del corazón, más hondo se te clava, y que por mucho tiempo, distancia y cosas que pasen, hay ciertas personas que son, sencillamente, irremplazables, irrepetibles, y puedes echarle alcohol a la herida de la ausencia, incluso llegar a emborracharte, pero no hay nada en el mundo que borre, jamás, la cicatriz que deja.
Porque al final, siempre vas a volver al mismo punto de partida, una y otra vez, como si llevaras toda la vida andando en círculos, como si nunca dejara de llover.
-A veces confundimos el amor
porque dicen que éste es simplemente
el anhelo de salir de uno mismo
y desde que lo creo sentir por ti
no he podido ser menos yo
ni echarme más de menos.
-Te miro y tengo cien cosas claras
te he querido dos veces
y te volvería a querer noventa y ocho más
Te miro y solo tengo una pregunta:
¿Cómo puede alguien
enamorarse tan fuerte
tan dentro
tan de verdad?
-Te he echado de menos
como Abril a sus lluvias
y más que Mayo a sus flores
Te he echado mucho de menos
como esa cuenta atrás de un niño
el seis de enero
como un gato que no sabe
volver a casa
como un esquimal
cerca del mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario