por ser remanso de paz
por enseñarme que la amistad puede ser muy simple y muy plena
por hacer que todo sea tan fácil
A Antonio por ser uno de los regalos más inesperados y bonitos que me ha podido hacer la vida
y convertirse en un compañero de aventuras y un hombro sobre el que reír y llorar
Gracias a Carolina y a Esperanza por enseñarme la capacidad de perspectiva y la fortaleza del perdón
por estar hasta cuando no se está
y por hacer que suenen todas las canciones del mundo a la vez cuando estamos juntas
A Haris por complementarme
por esas tonterías que solo nosotros entendemos
y por ser siempre un punto fijo al que poder agarrarse cuando todo lo demás tiembla
Y a mi querido e incondicional Pablo
por ser esa amistad que lo superó todo en veintidós años
el colegio, la distancia, el tiempo y las diferencias
por ser mi amigo de la infancia
y por ser mi amigo eterno
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