He visto el horizonte, aquel punto donde se besan el cielo y el mar. He visto a las estrellas brillar sobre el telón dorado del atardecer y he visto a la luna cantarles a las dunas de los desiertos. Y ha sido precioso. Pero verte sonreír y ser feliz no tiene precio.
*
Perdone usted pero me estoy mordiendo las ansias de volver a tenerle frente a mí para hacer puenting desde el iceberg que pende de su mirada y también estoy ardiendo en el deseo irrefrenable de ahogarme en el río de su boca.
*
Silencios.
Verdades a medias.
Secretos.
Mentiras disfrazadas.
Verdades que no queremos aceptar.
Cosas que no decimos.
Cosas que nos callamos.
Culpabilidad interna.
Tristeza agazapada entre los renglones del alma.
Sonrisas duchenne.
Sonrisas forzadas.
Miradas camufladas.
Abrazos al aire.
Traiciones a las espaldas.
La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
jueves, 28 de noviembre de 2019
miércoles, 27 de noviembre de 2019
El acorde de tu querer
Abundas de luz los rincones oscuros
donde habitan los pájaros ebrios de soledad.
Sobrevuelas castillos de arena
en submundos donde no existe ni siquiera el mar.
Alegras con tu voz cada nota de mi piel,
que en el vacío de tu música,
apenas logra descifrar el acorde de tu querer.
Vivo enamorada de las cuerdas de tu guitarra
que se enredan en los tonos de tu voz.
No sabes cuán bonito cantas,
no sabes cuán bonito te escucho yo.
donde habitan los pájaros ebrios de soledad.
Sobrevuelas castillos de arena
en submundos donde no existe ni siquiera el mar.
Alegras con tu voz cada nota de mi piel,
que en el vacío de tu música,
apenas logra descifrar el acorde de tu querer.
Vivo enamorada de las cuerdas de tu guitarra
que se enredan en los tonos de tu voz.
No sabes cuán bonito cantas,
no sabes cuán bonito te escucho yo.
martes, 26 de noviembre de 2019
En otro momento
Ojalá te hubiera conocido en otro momento. En uno en el que pudiera decirte que fuiste la primera flor al llegar mi primavera. En uno en el que pudiera decirte que jamás me cansé de sentarme en el banco donde jugábamos al policía y al ladrón, esperando con ansia poder pillarte con las manos en la masa, mirándome como nadie más sabe hacerlo ni jamás supiera. Me habría gustado conocerte en un momento en el que nada me hubiese impedido correr cada noche a la puerta de tu casa para leerte un par de poemas de los míos, en un momento en el que me hubieses librado de los brazos del frío. Me habría gustado conocerte en un momento en el que no me hubiese importado decirte lo que siempre me he callado, que sí, que subiría a la cima de los árboles para ver bien tus miedos y poder curarlos, que tienes en los labios una medicina que cura todos mis espantos. Que en tu barquito de vela yo hubiera naufragado, y que me hubiera dormido otra vez si hubieses sido un sueño del que me hubieran despertado.
Pero eso ya no importa, porque en otro momento, tú, lejos de quererme, ya me habrás olvidado.
Pero eso ya no importa, porque en otro momento, tú, lejos de quererme, ya me habrás olvidado.
sábado, 23 de noviembre de 2019
Razones por las que no debes ser tú
¿Y qué puedo decir de él?
Si con sus manos hacía castillos
cuando tocaba la arena de mi corazón.
¿Qué voy a perder?
Por decir que en sus ojos habitaba tal brillo
que cegaba a cualquier polizón.
¿A quién voy a engañar?
Si mis risas chocan contra el cristal
y este me devuelve el eco de las lágrimas que algún día le lloré.
¿A quién debo rogar?
Sí ya llevo tiempo habitando en el mar
y todavía no he visto a ninguna ola romper.
¿Qué más puedo esperar?
De una persona que quiso ser estrella
y perdió la quinta punta.
¿Que más puede abarcar?
Un sentimiento que vive de centinela
y de esperar no se cansa nunca.
¿Qué más puede pasar?
Sí toda bola de dragón vive del fuego
y yo en él me he vuelto a quemar.
¿Qué más puedo añorar?
si poco a poco se abre camino el invierno
y yo no quiero volver a empezar.
¿Hasta dónde voy a llegar?
Robándole segundos al tiempo
y versos a las poesías.
¿A dónde quiero llegar?
Si de sobra ya sé que tu amor sincero
solo fue una falacia muy bien resumida.
¿Y por qué no puedes ser tú?
Que si te asomas a la ventana
a lo lejos puedes ver Madrid brillar.
¿Por qué no puedes ser tú?
Ah, sí, porque todos los rascacielos engañan,
pero desde los bancos de Madrid no se puede ver el mar.
Si con sus manos hacía castillos
cuando tocaba la arena de mi corazón.
¿Qué voy a perder?
Por decir que en sus ojos habitaba tal brillo
que cegaba a cualquier polizón.
¿A quién voy a engañar?
Si mis risas chocan contra el cristal
y este me devuelve el eco de las lágrimas que algún día le lloré.
¿A quién debo rogar?
Sí ya llevo tiempo habitando en el mar
y todavía no he visto a ninguna ola romper.
¿Qué más puedo esperar?
De una persona que quiso ser estrella
y perdió la quinta punta.
¿Que más puede abarcar?
Un sentimiento que vive de centinela
y de esperar no se cansa nunca.
¿Qué más puede pasar?
Sí toda bola de dragón vive del fuego
y yo en él me he vuelto a quemar.
¿Qué más puedo añorar?
si poco a poco se abre camino el invierno
y yo no quiero volver a empezar.
¿Hasta dónde voy a llegar?
Robándole segundos al tiempo
y versos a las poesías.
¿A dónde quiero llegar?
Si de sobra ya sé que tu amor sincero
solo fue una falacia muy bien resumida.
¿Y por qué no puedes ser tú?
Que si te asomas a la ventana
a lo lejos puedes ver Madrid brillar.
¿Por qué no puedes ser tú?
Ah, sí, porque todos los rascacielos engañan,
pero desde los bancos de Madrid no se puede ver el mar.
martes, 12 de noviembre de 2019
Reflexiones
No lo tengas tan seguro. Hoy se me cae el mundo sin ti, pero mañana podría crear yo uno propio en el que no tengas cabida.
*
Lo más bonito que hay en esta vida tiene alas y se llama libertad.
*
Debemos entender que no podemos responsabilizarnos, ni mucho menos culparnos, de cada cosa que ocurre a nuestro alrededor.
*
Unos vienen y otros se van, y ya es hora de que aprendamos a vivir con ello y nos quedemos con quien se queda con nosotros.
*
Nadie tiene derecho a robarte tus recuerdos.
*
Si tienes que hacer esfuerzos por cambiar algunas cosas, quizá no merezca la pena, tanto como tú pensabas.
*
Un buen escritor jamás destruye su obra.
*
Tienes unos ojos tan preciosos que me quedaría a vivir en ellos mil inviernos.
*
La vida tiene sus fases y hay que saber vivirlas o este mundo se irá a la mierda.
*
A veces no es blanco o negro, a veces también puede ser gris.
*
Ojalá alguna mañana cuando abras los ojos al despertar veas de una vez la puta realidad y no el mundo de fantasía que te rodea.
*
Porque ya he visto cómo es el mundo sin ti, y no me gustó nada.
*
La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
*
Hay gente que simplemente no sabe querer, y no son culpables de ello.
*
Es una verdadera lástima que no podamos elegir nuestros sentimientos para dárselos a quienes realmente lo merecen.
*
Quien te quiere te espera y quien se quiere se aleja. No nos engañemos más.
*
Que no te lo diga no significa que no lo sufra.
*
No sé qué es más jodido si amar y no ser correspondido o que te amen y no puedas corresponder.
*
Me gusta (mucho) la gente que dice lo que piensa y lo que siente sin ningún tipo de cohibición o miedo.
*
Mi pregunta es: ¿Cómo se olvida a alguien de la noche a la mañana?
*
No hay nada más peligroso que una mujer herida.
*
Pues yo siempre seguiré escribiendo poesía. Para los que se enamoran y para los que no.
*
Ojalá algún día todo el mundo pudiera ver lo bonita que es la vida si la miras así.
*
No me queda más satisfacción en esta vida que el saber que he podido conocer la verdadera felicidad.
*
¿Para qué preocuparme porque ahora esté pasando por un mal momento si todavía me quedan por pasar miles mejores? ¿Para qué ponerme triste porque una persona se vaya de mi vida si aún quedan por llegar muchas más?
*
Me gusta la gente sencilla, aquella que si te quiere te lo dice, que si se equivoca se disculpa y que si se molesta te perdona. Trato de evitar a las personas complicadas, aquellas a las que les tienes que estar demostrando continuamente que te importan para que te tengan en cuenta, aquellas que creen que la culpa siempre es de otro y aquellas que siempre imponen su orgullo y testarudez a todo tipo de cariño. Lo siento, no me va ese royo. La vida es demasiado bonita siendo así de simple para que la tengamos que complicar nosotros.
*
No me gusta la gente rebuscada, complicada y estereotipada. Me gusta la gente pura. La que si es seria es seria y punto. La que si es solitaria lo es y punto. La que no cambia su forma de ser por agradar al resto. Me gusta la gente simple. La que pide las cosas por favor y da las gracias cuando se las dan. La que pide perdón cuando se equivoca. La que perdona cuando le fallan. Me gusta la gente real. La que tiene sentimientos encontrados por cada esquina y la que tiene un sueño por el que luchar cada día.
*
Lo que pasa hoy en día es que la gente real asusta. Asusta el que te digan las verdades a la cara, sobre todo cuando son malas. Es más cómodo toparte con alguien que te diga "qué bien está todo contigo y qué genial nos lo pasamos juntos" que encontraros con alguien que si ve algo que no le gusta de ti te lo diga claramente. Por eso la gente falsa cae tan bien y la gente real siempre es despreciada y rechazada.
*
Hay gente a la que le gusta el deporte, gente a la que le gusta el cine, gente que se dedica a la música, hay otros que tienen un don para las artes marciales, otros prefieren la cocina, y algunos, el teatro. A mí me gusta escribir, ¿Y qué vamos a hacerle?
*
Niños insultándose y amenazándose unos a otros. Adolescentes violando y pegando palizas. Adultos robando y matando. Mentiras constantes. Traiciones sin remordimientos. Egocentrismo y violencia por todos lados. Nos atrevemos a disfrutar de odiar y nos tiemblan las piernas cuando creemos que amamos. Señores, puedo estar completamente segura de que el mundo se va a la mierda por momentos.
*
Tengo una teoría que es: hay más hombres malos que mujeres malas, pero cuando las mujeres quieren, pueden ser mucho más malas que los hombres. Y puedo confirmarla.
*
Él le dijo esperanzado: "¿Quién sabe? Quizá pronto conozcas al amor de tu vida". Y ella le dijo, segura de sí misma y arrastrando una imborrable huella de convicción; "Yo ya conocí al amor de mi vida, y amores de esa clase nunca hay dos, ni siquiera para quien lo ha perdido".
*
Me mata ser siempre la que se queda con el sentimiento clavado como una espina en el alma. Quisiera aprender de los demás para poder sobrevivir en un mundo de gente con piedras tomadas por corazón y memorias con Alzheimer por adelantado.
*
Lo más bonito que hay en esta vida tiene alas y se llama libertad.
*
Debemos entender que no podemos responsabilizarnos, ni mucho menos culparnos, de cada cosa que ocurre a nuestro alrededor.
*
Unos vienen y otros se van, y ya es hora de que aprendamos a vivir con ello y nos quedemos con quien se queda con nosotros.
*
Nadie tiene derecho a robarte tus recuerdos.
*
Si tienes que hacer esfuerzos por cambiar algunas cosas, quizá no merezca la pena, tanto como tú pensabas.
*
Un buen escritor jamás destruye su obra.
*
Tienes unos ojos tan preciosos que me quedaría a vivir en ellos mil inviernos.
*
La vida tiene sus fases y hay que saber vivirlas o este mundo se irá a la mierda.
*
A veces no es blanco o negro, a veces también puede ser gris.
*
Ojalá alguna mañana cuando abras los ojos al despertar veas de una vez la puta realidad y no el mundo de fantasía que te rodea.
*
Porque ya he visto cómo es el mundo sin ti, y no me gustó nada.
*
La vida es como un juego de cartas, suerte que yo todavía conservo los comodines sobre la mesa y los ases bajo la manga.
*
Hay gente que simplemente no sabe querer, y no son culpables de ello.
*
Es una verdadera lástima que no podamos elegir nuestros sentimientos para dárselos a quienes realmente lo merecen.
*
Quien te quiere te espera y quien se quiere se aleja. No nos engañemos más.
*
Que no te lo diga no significa que no lo sufra.
*
No sé qué es más jodido si amar y no ser correspondido o que te amen y no puedas corresponder.
*
Me gusta (mucho) la gente que dice lo que piensa y lo que siente sin ningún tipo de cohibición o miedo.
*
Mi pregunta es: ¿Cómo se olvida a alguien de la noche a la mañana?
*
No hay nada más peligroso que una mujer herida.
*
Pues yo siempre seguiré escribiendo poesía. Para los que se enamoran y para los que no.
*
Ojalá algún día todo el mundo pudiera ver lo bonita que es la vida si la miras así.
*
No me queda más satisfacción en esta vida que el saber que he podido conocer la verdadera felicidad.
*
¿Para qué preocuparme porque ahora esté pasando por un mal momento si todavía me quedan por pasar miles mejores? ¿Para qué ponerme triste porque una persona se vaya de mi vida si aún quedan por llegar muchas más?
*
Me gusta la gente sencilla, aquella que si te quiere te lo dice, que si se equivoca se disculpa y que si se molesta te perdona. Trato de evitar a las personas complicadas, aquellas a las que les tienes que estar demostrando continuamente que te importan para que te tengan en cuenta, aquellas que creen que la culpa siempre es de otro y aquellas que siempre imponen su orgullo y testarudez a todo tipo de cariño. Lo siento, no me va ese royo. La vida es demasiado bonita siendo así de simple para que la tengamos que complicar nosotros.
*
No me gusta la gente rebuscada, complicada y estereotipada. Me gusta la gente pura. La que si es seria es seria y punto. La que si es solitaria lo es y punto. La que no cambia su forma de ser por agradar al resto. Me gusta la gente simple. La que pide las cosas por favor y da las gracias cuando se las dan. La que pide perdón cuando se equivoca. La que perdona cuando le fallan. Me gusta la gente real. La que tiene sentimientos encontrados por cada esquina y la que tiene un sueño por el que luchar cada día.
*
Lo que pasa hoy en día es que la gente real asusta. Asusta el que te digan las verdades a la cara, sobre todo cuando son malas. Es más cómodo toparte con alguien que te diga "qué bien está todo contigo y qué genial nos lo pasamos juntos" que encontraros con alguien que si ve algo que no le gusta de ti te lo diga claramente. Por eso la gente falsa cae tan bien y la gente real siempre es despreciada y rechazada.
*
Hay gente a la que le gusta el deporte, gente a la que le gusta el cine, gente que se dedica a la música, hay otros que tienen un don para las artes marciales, otros prefieren la cocina, y algunos, el teatro. A mí me gusta escribir, ¿Y qué vamos a hacerle?
*
Niños insultándose y amenazándose unos a otros. Adolescentes violando y pegando palizas. Adultos robando y matando. Mentiras constantes. Traiciones sin remordimientos. Egocentrismo y violencia por todos lados. Nos atrevemos a disfrutar de odiar y nos tiemblan las piernas cuando creemos que amamos. Señores, puedo estar completamente segura de que el mundo se va a la mierda por momentos.
*
Tengo una teoría que es: hay más hombres malos que mujeres malas, pero cuando las mujeres quieren, pueden ser mucho más malas que los hombres. Y puedo confirmarla.
*
Él le dijo esperanzado: "¿Quién sabe? Quizá pronto conozcas al amor de tu vida". Y ella le dijo, segura de sí misma y arrastrando una imborrable huella de convicción; "Yo ya conocí al amor de mi vida, y amores de esa clase nunca hay dos, ni siquiera para quien lo ha perdido".
*
Me mata ser siempre la que se queda con el sentimiento clavado como una espina en el alma. Quisiera aprender de los demás para poder sobrevivir en un mundo de gente con piedras tomadas por corazón y memorias con Alzheimer por adelantado.
jueves, 31 de octubre de 2019
La flor de la vida
Tengo sólo 20 años. Y me da pánico el paso del tiempo. Ese mismo que arrastra tormentas, primaveras y campos de flores. Ese mismo que se va llevando abuelos, padres y sueños a medio cumplir. El que borra cada huella que las historias van dejando sutilmente. Me da miedo pensar que jamás volveré a ser una niña, que ya nunca más volveré a saborear la dulzura de la inocencia, que nunca más lo veré todo de forma transparente, que no pasaré a pies puntillas por el mundo sin que nadie me llame la atención. Me da lástima pensar que nunca más volveré a sentir la ilusión de los Reyes Magos, que ya no volaré tan alto cuando me monte en un columpio, ni tendré cuidado con dónde pisar cuando las losas del suelo estén separadas por rayas. Me da miedo pensar que nunca habrá dos días iguales, ni una cena más larga. Me da miedo pensar que nadie nace dos veces, igual que no habrá dos inviernos igual de fríos. Me da miedo pensar que cada sonrisa siempre será diferente. Que nunca vamos a encontrar dos veces a la misma persona ni siquiera en la misma persona. Que todo principio irremediablemente tendrá su final, por mucho que lo queramos retrasar. Que siempre nos faltará tiempo para decirle a alguien cuánto lo queremos, que nunca nos sobrará tiempo para hacer lo que de verdad queremos. Me da muchísimo miedo pensar que ninguna brisa de aire entrará por tu ventana dos veces, ni verás al mismo pájaro volar una vez haya emigrado. Me da pánico pensar que las cosas ocurren una sola vez en la vida, y que vida solo hay una. No quiero hacerme mayor, jamás. No quiero dejar de ser joven. Y no por las arrugas o las canas. No quiero hacerme mayor porque no quiero dejar de vivir. No quiero dejar de encontrarme a gente increíble por el camino. No quiero que el destino deje de sorprenderme con historias emocionantes a la vuelta de la esquina un sábado por la noche. No quiero dejar de llamar a mi amiga para irnos de fiesta. Me aterra pensar que un día al salir de trabajar me va a apetecer más quedarme en casa viendo una película, y que llegado un día seguirá siendo así durante el resto de mi vida. Me cuesta un mundo sentar la cabeza. No quiero hacerme esclava de la rutina. Me echo a temblar de pensar que un día ya no conoceré ninguna historia de amor más, que no volveré a probar otros labios, que no me quedaré dormida entre otros brazos. No quiero atarme a nadie. Quiero ser un alma libre toda mi vida. No quiero dejar de viajar. No quiero dejar de conocer mundo. No me quiero estancar en mi oficina o en el sofá de mi casa. No quiero pasarme las mañanas llevando a los niños al colegio. No quiero cambiar la ginebra a las tres de la mañana por el café de media tarde. No quiero dedicarme a mi familia, todavía no. Quiero dedicarme a vivir. A pasarme la semana contando los días para que llegue el fin de semana. A esperar con ansias la próxima oportunidad de lanzarme a la calle a vivir aventuras. A decirle a mi amiga lo guapa que está con su vestido nuevo y lucirlo en las fiestas del pueblo. A darle dos besos al chico que está pensando besarme los labios. A llevar a mi madre de compras y jugar a que nunca va a envejecer, a imaginar que siempre estará a mi lado. No quiero serle fiel a la cordura, quiero arriesgar, quiero apostar, quiero intentar, y tener el suficiente tiempo para poder ganar. Porque siento un terror horrible cuando pienso por primera vez que puede ser la última de algo, o que se me está acabando el tiempo para hacer algo. Porque no quiero que esto se acabe jamás. Porque quiero que siempre haya un día más para poder brillar, una noche más para poder bailar, y que nunca se me queden pequeños los tacones. Sé que es imposible, y aunque yo alguna vez me haga mayor, espero que mi alma siempre siga siendo joven, y que en ella jamás se marchite la flor de mi vida.
viernes, 27 de septiembre de 2019
Ser yo misma
Hoy me he cansado de sentirme culpable por ser yo. Hoy me quiero como soy. De palabras frías en caliente pero cálidas cuando las hago poesía. De silencios prolongados y miradas esquivas. De una bonita mirada que se esconde detrás de un par de cristales. Con una media sonrisa dibujada en la cara sólo cuando un buen artista sostiene el lápiz. Soy de leer mucho y decir poco. Soy de hablar sin mover los labios. De ver mucho la luna. De escuchar mucho el mar. Me duermo abrazada a los peluches cuando estoy helada y acostumbro a refugiarme en los bares que cierran al filo de la mañana y atreverme a llamarles hogar. Soy de cuidar bien de lo(s) que me hace(n) estar viva. Bailo peor que canto e intento acariciar mejor que escribo. Pero sólo cuando tengo ganas. Tengo un par de cuadros en casa y a veces ni los miro. Soy de noches de charlas intensas y días tirados al vacío. Soy de ir a puentes desde los que se ven las estrellas, aunque sólo se hallen en las páginas de los libros. Soy de reír poco y llorar mucho. Aunque pocos sepan que a veces lo hago por alegrarme demasiado. Soy de ver el mundo y viajar siempre que puedo, aunque sea a casa del vecino. Soy de escuchar música callejera hasta perder el ritmo. Soy de beber con hielo y calentar la comida siempre cinco minutos. Soy de soñar despierta y tampoco querer que tus canciones se acaben. Soy de dormirme a tu lado cuando haces que el universo nos cante. Soy de escribir hasta en las paredes de mi casa. Soy de querer más a los animales que a las personas. Soy de subirme en todo lo que veo. De nadar entre las rocas. Soy de ponerme la raya a un lado y vestirme siempre del revés. Soy de querer al que quiere hacerme bien. Y eso, me gusta hasta más que el bigotillo que se te queda después de tomar café.
martes, 10 de septiembre de 2019
Decirte
Ojalá fuera tan sencillo decirte
que cada vez que estoy contigo
me siento como un pájaro
sin su campo magnético.
Como un ermitaño
lejos de su hogar.
Como mil cometas
perdidas al vuelo.
Muy distantes de poder regresar.
*
Quiero tenerte cerca,
tan cerca que no respire,
y decirte que te he echado de menos.
Que he alzado las manos
para tirarle pellizcos al aire
por pensar que alguna vez
me toparía con tus dedos.
Que he tenido miedo
de volver a vivir de tus abrazos.
De comerme las ansias de desnudarme
otra vez al ritmo de tus besos.
Bebo del aire
por no ahogarme en tu ausencia.
Y cierro con llave
para no volver a tentarme de abrirte la puerta.
que cada vez que estoy contigo
me siento como un pájaro
sin su campo magnético.
Como un ermitaño
lejos de su hogar.
Como mil cometas
perdidas al vuelo.
Muy distantes de poder regresar.
*
Quiero tenerte cerca,
tan cerca que no respire,
y decirte que te he echado de menos.
Que he alzado las manos
para tirarle pellizcos al aire
por pensar que alguna vez
me toparía con tus dedos.
Que he tenido miedo
de volver a vivir de tus abrazos.
De comerme las ansias de desnudarme
otra vez al ritmo de tus besos.
Bebo del aire
por no ahogarme en tu ausencia.
Y cierro con llave
para no volver a tentarme de abrirte la puerta.
miércoles, 14 de agosto de 2019
La ventana del autobús
No soy una persona habladora. Me gusta más escuchar. Escuchar viejas historias cuyas sombras aún permanecen ocultas tras el sol de nuestros días. Sentirme cómplice de todas aquellas personas que algún día fueron soldados curtidos en mil batallas que saciaron sus vidas de guerras inacabadas. Prefiero ser el hombro sobre el que caen las lágrimas que los ojos que lloran. Prefiero no matizar, no interrumpir, no dar mi opinión. Me gusta estar callada y no manchar de impunidad el tesoro que es el silencio. No callar a otros cuando desean escupir un mar de palabras que salen disparadas como lanzas buscando su diana. Es maravilloso impregnarse del aroma que desprenden aquellas historias de amor, de amistad, de desencuentros, de viajes a los viejos tiempos donde todo era más transparente y la realidad no necesitaba disfrazarse para pasar desapercibida. Soy una persona observadora. Cuando voy en autobús me gusta quedarme pegada a la ventana y mirar aquí y allá. Veo una casa abandonada donde descansa una vieja silla esperando con impaciencia a alguien que jamás volverá a sentarse en ella. Veo un agujero en una valla que alguien quizás hizo con la intención de pasar al otro lado, o no. Pero sea como fuere, aún sigue ahí, abriendo un espacio entre dos mundos, para quien sepa verlos. Veo cientos de casas en ruinas, las cuales son testigos del amor que había en una familia que pasó sus días allí años atrás. Veo muros que el sol, entre salida y puesta, cada día ha ido tiñiendo de color añoranza. Veo bosques que hace millones de años fueron mar. Veo mares de los que nacerán islas que muy probablemente jamás llegaré a conocer. Veo niños jugando ante la atenta mirada de sus abuelos, tras la cual se esconde la huella de otra niñez de la que ya a penas queda rastro. Veo aquel hombre que se esconde detrás de la barra del bar porque piensa que así sus carencias y problemas estarán más seguros de miradas indecentes, pero que en el fondo está pidiendo a gritos una mano que le ofrezca salir a bailar. Veo a aquel otro chico sentado en la parada de autobús que mira el reloj que tiene en su muñeca con tanta efusividad que pareciese que hubiese una parada que le dejara cerca del amor de su vida. Veo muchas parejas, pero pocas almas gemelas. Veo poca libertad y demasiadas rejas. Veo sangre de inocentes y risas de culpables. Veo a la chica de ojos morados y piel blanca que mira con miedo a quien dice ser el amor de su vida. Veo dagas volando continuamente por el aire y pasando a tan solo milímetros de las cabezas de las personas. Veo mucho dinero y pocos estómagos llenos. Veo corrupción, egoísmo, rencor, maldad. Pero también veo amor, compañía, ayuda, esperanza. Y lo veo porque cada noche al cerrar los ojos sé que lo primero que veré al día siguiente, antes que cualquier cosa, será la luz del sol.
lunes, 5 de agosto de 2019
La ola de tu beso
Mirada de ojos pardos
que persiste inexistente
cual amor tumbado
sobre lonja ardiente.
Se apaga mi corazón
como se apagan las luces
dejando a oscuras a toda una ciudad.
Qué le importa al viento
si me uno al vendaval.
Qué le importa al tiempo
si le robo segundos a la eternidad.
Cruzo los mares en volandas
agarrada a las nubes que trepan
y que nunca tienen miedo a caer.
Ojalá si yo cayese
abrieras los brazos a tiempo.
Ojalá si me rompiese
fuese contra la ola de tu beso.
Contemos cuántas mareas tiene nuestro océano.
Restémosle profundidad al mar
una vez cada invierno.
que persiste inexistente
cual amor tumbado
sobre lonja ardiente.
Se apaga mi corazón
como se apagan las luces
dejando a oscuras a toda una ciudad.
Qué le importa al viento
si me uno al vendaval.
Qué le importa al tiempo
si le robo segundos a la eternidad.
Cruzo los mares en volandas
agarrada a las nubes que trepan
y que nunca tienen miedo a caer.
Ojalá si yo cayese
abrieras los brazos a tiempo.
Ojalá si me rompiese
fuese contra la ola de tu beso.
Contemos cuántas mareas tiene nuestro océano.
Restémosle profundidad al mar
una vez cada invierno.
miércoles, 17 de julio de 2019
Entre brumas
A veces te echo tanto de menos que busco tu mirada entre los ojos de las personas, pero solo hallo una ausencia desmedida del brillo de tu alma cuando se dormía junto a la mía. A veces te echo tanto de menos que prefiero pensar que nunca te he conocido, que mis labios jamás descansaron sobre el dulce de tu boca cuando apaciguabas mis mareas embravecidas. A veces te echo tanto de menos que desearía arrancarme el trozo de alma que tú besabas cada noche antes de dormirnos abrazados. A veces te echo tanto de menos que ni siquiera me acuerdo de que una vez fuiste la causa de mis sueños más amargos, aquellos en los que no aparecías. Hoy te echo tanto de menos que prefiero escribir estando ebria, porque con letras dueles un poco menos y sobria un poco más. Porque que no estés aquí me mata. Porque me enredo en la desesperación de mis dudas y no encuentro una puerta que me lleve junto a tus brazos para que ahuyenten mi miedo y me impulsen a volar. He sido vendaval cuando había cometas en el aire. He sido tormenta cuando había tripulación en el mar. He sido primavera cuando has estado conmigo y he sido amanecer cuando mirabas al horizonte al despertar. He sido banco cuando te sentabas y he sido oxígeno cuando te ahogabas. Has sido limón y he sido sal. Has sido la última vela negra que apagué al soplar. Hoy me dueles dentro. Hoy echo balones fuera. Algún día, cuando el sol brille alto, desataré tus alas y entre brumas casi dispersas te dejaré marchar.
martes, 9 de julio de 2019
Alas rotas
Quiéreme bien. Quiéreme libre. Quiéreme sano. Quiéreme entera. Quiéreme eterna. Quiéreme sin ataduras. Quiéreme sin compromisos. Quiéreme sin rencor. Quiéreme sin recelo. Quiéreme con paciencia. Quiéreme con dedicación. Quiéreme con espacio. Quiéreme con amor. Porque soy mujer libre. Porque no necesito vivir de tus esquelas. Porque naufrago cada vez que el viento me invita a pasear. Porque soy menos huracán a la deriva. Porque busco más de lo que me puedas encontrar. Porque subo escaleras y bajo acantilados. Porque me enredo en las olas del tiempo y manejo las mareas a mi antojo. Y me gusta. Me gusta ser yo. Bésame cuando mis labios busquen tu boca. Abrázame cuando mi cuerpo busque un refugio cálido. Háblame bonito cuando necesite escucharte. Mírame brillar cuando se encienda mi luz propia. Salúdame de lejos cuando me veas marchar. Escríbeme cartas, ahora que pocos lo hacen, y lánzalas en botellas al mar. Porque nuestro amor es tan libre como lo soy yo. Como lo debería ser cualquier mujer enamorada de un hombre. Pasar tardes efímeras a tu lado y noches eternas de café y letras. Eso quiero. Quiero ser de mí. Quiero pertenecerme. Quiero darte el pedacito de mí del que sé que puedo prescindir porque tú lo cuidarás bien. Pero el resto es mío. Como todos esos inmarcesibles inviernos de cine con mis amigos. Sígueme cuando mis huellas sean superfluas, pero no cuando corra como el viento. Déjame ser. Déjame estar. Déjame perderme en el etéreo de tu mirada sólo cuando yo quiera. Déjame decidir por mí misma. Déjame reír, déjame llorar y no me juzgues. Espérame en casa mientras estoy viajando y cúrame las alas cuando estén cansadas de volar. No me las cortes. Porque no hay nada más bonito que la libertad, y nada más preciado que poder sentirte libre junto a la persona que amas.
domingo, 30 de junio de 2019
Sublime
Hoy he vuelto a recordar quién soy en realidad. Y me he vuelto a enamorar de mí misma como lo hice en aquellos años atrás, ya perdidos tras la sombra de muchos inviernos. Me he dado cuenta de que he crecido, pero sigue habitando en mí aquella niña de ojos quisquillosos pero llenos de expectación. Porque el mundo me fascina. Porque es maravilloso ver en las personas que quieres todos esos rostros afables. Porque me gusta viajar a lo desconocido, tanto a lugares como a personas, perderme en las páginas de los libros gastados por los rayos del sol, no tener en cuenta la hora cuando ya es hora, y echarle a la copa siempre un hielo de más. Porque soy mujer de mundo, no de sofá. Y eso me gusta. He aprendido que, en ocasiones, la vida puede antojarse un tanto efímera, y que por lo tanto, hay que buscar lo complaciente, lo extravagante, lo verosímil, y si tienes buena suerte, lo sublime. Tienes que estar donde tu corazón sonría, y alejarte de lo que te haga daño. Que no puedes gritarle y escupirle tu rabia a un cielo que a veces, y sólo a veces, te la devuelve en forma de agua. Que aquí no se regala nada. Que lo único que cae del cielo, es precisamente la lluvia. Empezar siempre por ti, porque los demás también empezarán por ellos mismos. Buscar tu salida cuando estés atascado, porque nadie la buscará por ti. Y creedme, merece la pena buscarla. A veces la tienes delante. A veces está en tu hogar. No conozco mejor hogar que aquel donde puedes ser tú mismo. Mi hogar está en la calle, con buena compañía que no pare de hacerme reír. Es increíble cuando estoy así. Y así es que he comprendido que después de todo lo malo, si me busco, puedo encontrarme de nuevo. Que me gusta salir, que me gusta beber, que me gusta bailar. Que me gusta leer, escribir, reírme. Pero sobre todo, reírme. Que puedo ser buena en algo. Que puedo salvar una vida. Que puedo hacer reír a un niño o hacer feliz a un anciano. Que tengo carácter, pero me gusta ayudar. Que tengo esperanzas, expectativas, planes. Que tiene que haber algo más ahí fuera para el que sepa buscar. Que con esto yo no me conformo, que quiero más experiencias, que quiero vivir más. Que no quiero ver películas, quiero hacerlas. Que no quiero escuchar historias, quiero crearlas. Que cada problema, tiene su justa y equiparable solución. Que la vida puede ser rosa si la pintas de rosa. Y, señores, el rosa está siendo últimamente mi color favorito.
martes, 19 de marzo de 2019
En paz
¿Te cuento un secreto? No merece la pena. No vayas detrás del que continuamente te está dando la espalda. No te pases la vida preguntándote qué es lo que tienes que cambiar para que te quieran. No trates una y otra vez de luchar por alguien que a duras penas se acuerda de ti. No intentes cambiar para agradar. No te pases la vida dando explicaciones para quien no tendría que haber ningún por qué. No te quedes más tiempo esperando a recibir algo de quien nunca te dio nada. Créeme, nada de eso merece la pena. Tampoco te vengues del que te hizo algún mal, no tomes decisiones en caliente ni taches a alguien en un día. No guardes rencor, al final te acabará consumiendo a ti. No le niegues la ayuda a nadie, aprende a perdonar porque a ti también te perdonaron cuando te equivocaste. Simplemente vive tranquilo, no reproches y si no te gusta lo que ves, lárgate. Nunca te quedes a echar leña al fuego, simplemente quítate de en medio y evita males innecesarios. Ábrete al mundo y a las personas, a las nuevas oportunidades se les abre la puerta. Y sobre todo, vive siempre en paz, el tiempo nos acaba poniendo a todos en nuestro lugar.
El país de Nunca Jamás
He creído poder despertar sobre todos aquellos lunares que aseguraron haber estado en tu cuerpo. He intentado sobrevolar cada poro de tu piel tintado de mi aroma. Me tropecé con tu frío y me calé hasta los huesos. Desearía miles de tus besos para apagar mi congoja. Que si me evado en el recuerdo de tu caminar me resbalo por las calles de tu ausencia. Que he dado un golpe de vista hacia atrás y nos he visto atravesando las tinieblas. Si sueñas con volar cuéntale al cielo que tu sol no fui yo, que de mí la estrella que se paraba a brillar cada noche en la ventana de tu rascacielos. Que me duermo sobre tu memoria y al despertarme ya no estás. Que me haces falta, que te recuerdo y me muerdo las ansias de en tus labios volver a naufragar. Que lo sé, que de ti me he hecho sinónimo de polizón, pero tus besos son el único barco que aún estando a la deriva, me llevará siempre al país de nunca jamás.
lunes, 25 de febrero de 2019
Anclado en este bar
Y esta noche aún sigo aquí. Anclado en este bar. Buscando tu recuerdo en el fondo de la botella. Bebiéndome la tristeza hasta dejarla vacía, llorando tu ausencia hasta de lágrimas volver a tenerla llena. Suena música de fondo y me acuerdo del ritmo de tus curvas cuando me sacabas a pasear, cuando me llevabas de viaje a algún caluroso lugar. A veces solía quedarme dormido sobre el brillo de tu mirada y tus manos me despertaban haciéndome cosquillas en el alma. Qué hermosa embriagadez. La de tus labios curvándose justo antes de llegar al filo de tu sonrisa. Qué estupidez. La de perderte como en un instante te visita una efímera brisa. Qué sencillo no olvidarte. Qué complicado poder perdonarme. Por no poder alzar tu vuelo. Por seguir perdido entre las tablas de tu falda. Por saber que he deseado tu libertad y a día de hoy, que va, ya no la quiero.
martes, 12 de febrero de 2019
El problema de muchos
Creo que el problema de muchos es que queremos las cosas solo porque nos llaman la atención en un primer plano, y no las conocemos de verdad.
Que nos cansamos muy pronto, cuando ya lo tenemos, de lo que antes de veras deseábamos tener.
Que nos gusta lo fácil porque lo difícil es menos cómodo.
Que nos creemos que cuando ya hemos conseguido algo nos pertenecerá siempre, y no somos conscientes de que si no lo cuidamos día a día se puede perder.
Que pensamos mucho en el "así y ya está" y no nos esmeramos en hacer las cosas correctamente.
Que hacemos muchas cosas por cumplir, cuando no nos salen de corazón.
Que preferimos el rápido y mal, antes que el lento y bien.
Que decimos mucho y hacemos menos que nada.
Que sentimos demasiado y nos arriesgamos bastante poco.
Que siempre ponemos por delante a lo que por un rato nos divierte, y nos dejamos atrás a lo que nos haría feliz toda una vida.
Que nos cansamos muy pronto, cuando ya lo tenemos, de lo que antes de veras deseábamos tener.
Que nos gusta lo fácil porque lo difícil es menos cómodo.
Que nos creemos que cuando ya hemos conseguido algo nos pertenecerá siempre, y no somos conscientes de que si no lo cuidamos día a día se puede perder.
Que pensamos mucho en el "así y ya está" y no nos esmeramos en hacer las cosas correctamente.
Que hacemos muchas cosas por cumplir, cuando no nos salen de corazón.
Que preferimos el rápido y mal, antes que el lento y bien.
Que decimos mucho y hacemos menos que nada.
Que sentimos demasiado y nos arriesgamos bastante poco.
Que siempre ponemos por delante a lo que por un rato nos divierte, y nos dejamos atrás a lo que nos haría feliz toda una vida.
Mi pequeña
Yo he visto en tus ojos renacer aquel fuego de una hoguera en ti jamás apagada. He visto a todos esos girasoles seguir tu figura cuando los has deslumbrado al pasar. He visto tu mar de lágrimas en noches eternas, y también te he visto por el rabillo del ojo cuando de emoción te has echado a temblar. He visto tu colección de peluches viejos, y tus historias sin acabar. Y sé que duele. Pero un mundo sin ti todavía dolería mucho más. Tus pequeños vestidos desteñidos guardan memorias de bailes a la luz de la luna en bodas de verano. Tienes un armario lleno de zapatos que ahora te quedan pequeños, pero un día te guiaron. No puedo olvidarme del dorado que emergía de tu pelo cuando el sol allí se dormía, ni de la ilusión que te hacía ver a las flores bailar con el viento. Tienes que ser fuerte, te dijeron. Y tú lo fuiste por las dos, intento tras intento. He entendido tus mil motivos para marcharte y te he expuesto el mío para que te quedes. Así que quédate aquí, que todavía me quedan fuerzas para amar. He visto al tiempo pasar desde la ventana aquella. He visto muchas cosas y sólo he llegado a entender una de ellas; nunca sabré vivir sin ti. Nunca más, pequeña.
El paso del tiempo
Lo siento si has pasado dos veces por al lado de esa farola que se apaga y se enciende, y que nunca alumbra ningún lugar. Lo siento si has vuelto cien veces a la vuelta de la esquina, y aquella esquina no volvió a ser como tú la conociste nunca más. Lo siento, por aquellos raíles de tren que ya no besan ruedas, porque se quemaron de tanto roce. Lo siento por el paisaje que veías desde tu ventana, y por las ruinas que hoy yacen bajo tus pies. Lo siento, pero el tiempo pasa, y arrolla todo lo que ve, consume todo lo que toca, mata las cosas antes de éstas poder nacer. Tu ciudad quizás será más oscura, pero en tu interior abundará eternamente la luz, pues cuando no la halles, siempre nos quedarán otras cien vidas que vivir bajo el cielo de Toulouse.
Mis castillos
Aquel día volví a caer. Esta noche he vuelto a naufragar. A las cien tazas de café. A los veinte deseos tirados en botellas al mar. Y vuelvo a ser yo. La que respira humo y tose indiferencia. La que encierra en gotas de agua sueños rotos como el cristal. De tu puerta. Por la que te vi marchar. Y soy yo. La que se acuesta tarde por las noches. La que se duerme temprano en las mañanas. La que en las madrugadas siempre se queda un minuto más suspendida en el recuerdo de tu risa y en el compás de tus pupilas. El diámetro que siempre dibuja círculos imperfectos. Arriba y abajo. Y eso me gusta demasiado. Quisiera ponerme a caminar por el fino hilo que separa el deseo de la realidad. Y que sea lo que tenga que ser. Instante o infinidad. Perdón por no ser sumisa. Pero hoy tengo algo de prisa. De quererte ya tuve suficiente castigo. Con las piedras del muro que nos separa ya he levantado demasiados castillos aquí fuera. Perdón, por quererte. Disculpa, pero ya no puedo. De la distancia que nos separa hoy hago carreras de cien mil metros. Por ti cruzo fronteras. Pero por mí salto primero.
Reflexiones
No puedo correr porque se me han roto las alas.
No puedo volar porque me quedan grandes las chanclas.
(Y viceversa).
*
Y yo, que no creía en trucos de magia,
me he quedado prendada del arco-iris
que ilumina los bordes de tu mirada.
*
Siento que siempre llego tarde a todos los sitios.
(Y no hablo especialmente de lugares).
*
Yo sabía que nosotros estábamos hechos para quedarnos a vivir bajo la lluvia de Abril.
*
Por cada "mi vida" que me dices tengo de vida un año más.
*
Yo conozco el cielo. Me lo presentaste cuando con tus labios me diste un beso.
*
A veces siento que les hablo a las paredes, y lo peor de todo es que creo que ellas me escuchan más y mejor que la gente que me rodea.
*
Me necesito.
*
Si no nace de mí, no lo puedo sembrar en ti.
*
Que si no viera colores no hablaría de arco-iris.
Que si no existiera mar no hablaría de olas.
Que si no hubiese cielo no hablaría de lunas ni estrellas.
Que si no te amara con el peso de mi alma, no hablaría jamás de ti.
*
Hay madrugadas en las que te siento tan distante que poco a poco me voy congelando hasta que amanezco cubierta por una fina capa de hielo.
*
Este mundo está lleno de incomprendidos que buscan su refugio bajo las alas de la excepcionalidad.
No puedo volar porque me quedan grandes las chanclas.
(Y viceversa).
*
Y yo, que no creía en trucos de magia,
me he quedado prendada del arco-iris
que ilumina los bordes de tu mirada.
*
Siento que siempre llego tarde a todos los sitios.
(Y no hablo especialmente de lugares).
*
Yo sabía que nosotros estábamos hechos para quedarnos a vivir bajo la lluvia de Abril.
*
Por cada "mi vida" que me dices tengo de vida un año más.
*
Yo conozco el cielo. Me lo presentaste cuando con tus labios me diste un beso.
*
A veces siento que les hablo a las paredes, y lo peor de todo es que creo que ellas me escuchan más y mejor que la gente que me rodea.
*
Me necesito.
*
Si no nace de mí, no lo puedo sembrar en ti.
*
Que si no viera colores no hablaría de arco-iris.
Que si no existiera mar no hablaría de olas.
Que si no hubiese cielo no hablaría de lunas ni estrellas.
Que si no te amara con el peso de mi alma, no hablaría jamás de ti.
*
Hay madrugadas en las que te siento tan distante que poco a poco me voy congelando hasta que amanezco cubierta por una fina capa de hielo.
*
Este mundo está lleno de incomprendidos que buscan su refugio bajo las alas de la excepcionalidad.
viernes, 11 de enero de 2019
Corazones hechos de cristal
Reconozco que he soñado con la posibilidad
de poder tocarnos
hasta que se duerman las manos.
He estado pensando en aquello
que no sé de ti,
y te has convertido en la diana
a la que se dirigen todos mis dardos.
Nadie quiere llovizna,
manos frías,
pasos en vacío.
No sé, a mí me gusta el volcán en erupción
que es tu mirada.
Y no sé de qué color es.
Pero sé que tu corazón a veces
se parece al mío.
Reconozco que a veces he sentido
un efímero sin sentido,
de tus días con mis noches,
de mis silencios con tus voces.
Y luego me he dormido.
Reconozco que me gustaría
tener el inefable recuerdo
de haber besado alguna vez
tu etérea sonrisa.
Y sé que mis pasos son superfluos.
Pero camino sin prisas.
Ojalá encontrarte en el camino.
Sin pedirlo.
Pero ojalá.
Que ilumines cada poro de mi piel.
Cual arrebol cada atardecer.
Perdón por la irrupción,
pero la bonhomía me consume.
¿Quién quiere corazones hechos de cristal
y almas del peso de una nube?
de poder tocarnos
hasta que se duerman las manos.
He estado pensando en aquello
que no sé de ti,
y te has convertido en la diana
a la que se dirigen todos mis dardos.
Nadie quiere llovizna,
manos frías,
pasos en vacío.
No sé, a mí me gusta el volcán en erupción
que es tu mirada.
Y no sé de qué color es.
Pero sé que tu corazón a veces
se parece al mío.
Reconozco que a veces he sentido
un efímero sin sentido,
de tus días con mis noches,
de mis silencios con tus voces.
Y luego me he dormido.
Reconozco que me gustaría
tener el inefable recuerdo
de haber besado alguna vez
tu etérea sonrisa.
Y sé que mis pasos son superfluos.
Pero camino sin prisas.
Ojalá encontrarte en el camino.
Sin pedirlo.
Pero ojalá.
Que ilumines cada poro de mi piel.
Cual arrebol cada atardecer.
Perdón por la irrupción,
pero la bonhomía me consume.
¿Quién quiere corazones hechos de cristal
y almas del peso de una nube?
jueves, 10 de enero de 2019
Sobre mí
¿Y a mí qué me vas a contar? Que me he quedado descalza para ir a ahogarme en el mar. Que he roto todos los platos y no he comprado una vajilla nueva. Que vivo lejos pero al final siempre acabo volviendo a pasar por tu puerta. ¿Qué me vas a decir? Si he contado estrellas para no contar lágrimas, si he fumado tanta distancia que me duelen los pulmones. ¿Qué me vas a explicar de quien amas, si yo al arrancármelo y tirarlo ya no entiendo de corazones?
*
Cuando desayuno me gusta comer pan con aceite y tomate. Me gusta coger el coche y ponerme a 130 km/h por carretera. Me gusta tener música de fondo para hacer cualquier cosa. O para no hacerlas. Me gusta sentarme por las noches en mi terraza y fumarme un par de cigarros, una calada por cada problema en ese día. Me gusta tumbarme y escribir verso, prosa, poesía, o cuánto te quiero. Me gusta darte la mano y que cuando te la suelte ya no la tengas tan fría. Me gusta mirarte a los ojos y ver un mundo detrás de ellos. Me gusta andar descalza. Me gusta jugar con mi pelo. Me gusta tomarme unas copas con mis amigos. Me gusta bailar aunque no sepa hacerlo. Me gusta irme por ahí. Me gusta estar en casa. Me gusta la vida. Me gustan sus pequeñas cosas. Y a veces se me hace pesada. Pero nunca me aburre, jamás me cansa.
*
Cada día duermo más.
Cada día sueño menos.
Cada día fumo más.
Cada día respiro menos.
Cada día bebo más.
Cada día como menos.
Cada día leo más.
Cada noche me emborracho más de letras
y cada mañana rengo más resaca de versos.
Y no me importa.
Pero algo en mí está cambiando.
Tengo ojeras de haber llorado.
Y mucho.
Me anticipo a las penas
y recorro el mar de mis lágrimas en barco.
Busco donde sé que nunca hubo.
No espero nada de nadie
y espero demasiado de la vida.
A veces veo mi estupidez reflejada
en muchos libros de psicología.
Quién me quiere.
Creo que me quería yo a mí misma.
La casa es demasiado grande.
Para albergar tantas premisas.
Seis de enero y ya sé cómo será el resto del año.
Yo intento hacerlo bonito,
pero hace tiempo que ya no me engaño.
*
Todos tienen derecho a una historia de amor,
yo me conformo con libros de poesía.
Hoy todos disfrutan de besos, abrazos y calor,
y yo me emociono entre versos que tengan una buena rima.
Y eso es lo que hay.
Y eso es lo que tengo.
Y ese es el amor de mi vida.
*
Cuando desayuno me gusta comer pan con aceite y tomate. Me gusta coger el coche y ponerme a 130 km/h por carretera. Me gusta tener música de fondo para hacer cualquier cosa. O para no hacerlas. Me gusta sentarme por las noches en mi terraza y fumarme un par de cigarros, una calada por cada problema en ese día. Me gusta tumbarme y escribir verso, prosa, poesía, o cuánto te quiero. Me gusta darte la mano y que cuando te la suelte ya no la tengas tan fría. Me gusta mirarte a los ojos y ver un mundo detrás de ellos. Me gusta andar descalza. Me gusta jugar con mi pelo. Me gusta tomarme unas copas con mis amigos. Me gusta bailar aunque no sepa hacerlo. Me gusta irme por ahí. Me gusta estar en casa. Me gusta la vida. Me gustan sus pequeñas cosas. Y a veces se me hace pesada. Pero nunca me aburre, jamás me cansa.
*
Cada día duermo más.
Cada día sueño menos.
Cada día fumo más.
Cada día respiro menos.
Cada día bebo más.
Cada día como menos.
Cada día leo más.
Cada noche me emborracho más de letras
y cada mañana rengo más resaca de versos.
Y no me importa.
Pero algo en mí está cambiando.
Tengo ojeras de haber llorado.
Y mucho.
Me anticipo a las penas
y recorro el mar de mis lágrimas en barco.
Busco donde sé que nunca hubo.
No espero nada de nadie
y espero demasiado de la vida.
A veces veo mi estupidez reflejada
en muchos libros de psicología.
Quién me quiere.
Creo que me quería yo a mí misma.
La casa es demasiado grande.
Para albergar tantas premisas.
Seis de enero y ya sé cómo será el resto del año.
Yo intento hacerlo bonito,
pero hace tiempo que ya no me engaño.
*
Todos tienen derecho a una historia de amor,
yo me conformo con libros de poesía.
Hoy todos disfrutan de besos, abrazos y calor,
y yo me emociono entre versos que tengan una buena rima.
Y eso es lo que hay.
Y eso es lo que tengo.
Y ese es el amor de mi vida.
Sobre ti
Perdón por quererte. Perdón por ilusionarme contigo. Perdón por encender fuegos cada vez que me miras. Perdón por las veces que me ha temblado el alma cuando me has besado. Perdón por crear castillos de marfil, por escribirte poesías firmadas con tinta negra, por sonreírles a las estrellas fugaces cuando me hablaban de ti. Perdón por ser tan vulnerable a tu amor, por tratar de cuidarte, por querer verte a secas y por querer verte feliz. Perdón por desear pasar el resto de mis alegrías e idilios junto a ti. Perdón por morirme de amor cada vez que te tengo cerca. Perdón por echarte tantísimo de menos cuando estás lejos. Perdón por llegar a estar tan loca como para pensar que quizás tú sientas lo mismo que yo y que alguna vez acabaremos juntos. Perdón por quererte como nadie te ha querido. Lo siento, de veras.
*
Ayer noche cerré los ojos antes de dormir.
Y en mitad de la oscuridad te vi.
Entre tanto silencio te escuché.
Y me resbalé por el recuerdo de tus manos suaves
con las mías ásperas.
Y me caí.
Y me rompí el corazón.
Y dejé de sentir.
Pero desperté del sueño.
Y te quise una vez más.
Clavel rojo en una explanada de verde.
Venus ocupando todo el cielo.
Te eché de menos.
Te eché mucho más de menos.
Casi como lluvia de Abril.
*
El otro día encontré tu alma tirada
debajo de mi cama
y le pregunté por qué hay noches
más oscuras que el negro de tus ojos.
Ella me dijo que no me dejaría sola,
que todos los interruptores estaban rotos
y no se podía encender una sola lámpara.
Le di la mano antes de dormir,
y me acordé de todas aquellas hadas locas
que alguna vez me dijeron
que el recuerdo no es lo único
que me quedaría de ti.
*
Creo que ya no te quiero.
Ya no tengo las venas obstruidas.
El corazón ha vuelto a su sitio.
Creo que ya no te miento.
Estoy justo en la puerta de salida
y frente a mí miles de libros.
(Que no hablan de ti)
*
Ayer noche cerré los ojos antes de dormir.
Y en mitad de la oscuridad te vi.
Entre tanto silencio te escuché.
Y me resbalé por el recuerdo de tus manos suaves
con las mías ásperas.
Y me caí.
Y me rompí el corazón.
Y dejé de sentir.
Pero desperté del sueño.
Y te quise una vez más.
Clavel rojo en una explanada de verde.
Venus ocupando todo el cielo.
Te eché de menos.
Te eché mucho más de menos.
Casi como lluvia de Abril.
*
El otro día encontré tu alma tirada
debajo de mi cama
y le pregunté por qué hay noches
más oscuras que el negro de tus ojos.
Ella me dijo que no me dejaría sola,
que todos los interruptores estaban rotos
y no se podía encender una sola lámpara.
Le di la mano antes de dormir,
y me acordé de todas aquellas hadas locas
que alguna vez me dijeron
que el recuerdo no es lo único
que me quedaría de ti.
*
Creo que ya no te quiero.
Ya no tengo las venas obstruidas.
El corazón ha vuelto a su sitio.
Creo que ya no te miento.
Estoy justo en la puerta de salida
y frente a mí miles de libros.
(Que no hablan de ti)
Siempre has sido tú
Mis ojos son castillos de hielo que cuando me miras se empiezan a derretir. A veces escalo por tu mirada y cuando llego a la cima me pregunto si pueden existir vistas más bonitas que el reflejo de las que tengo en frente. A veces me subes tan alto que me das vértigo. A veces, y sólo a veces, me duermo en una nube mientras me besas los labios. Te he echado de menos. He visto al mundo temblar y no me ha importado cuando me has dado la mano. He vuelto a sentir aquel pellizco en el alma. Y es que mi corazón es de ti. Porque sus latidos siempre van al ritmo de tus pasos. Más débiles cuando estás lejos. Más fuertes ahora que has vuelto. Y te diría que la Navidad es bonita, pero lo bonito es terminar el año como lo empecé; queriéndote como la estrella de Oriente quiso a su Belén. Me das paz. Me das vida. Y he entendido que podemos estar a la vez tan lejos y tan cerca como lo están Diciembre y Enero, que al final el mundo siempre va a volver a girar cuando me mires, cuando me beses, y que el resto me va a dar igual. Y eso me basta. Y me lleva a una conclusión: siempre has sido tú.
Adrián A.R❤
Nuestro futuro
Yo también echo de menos
que alguien me de las buenas noches,
que me diga te quiero,
que me espere despierto y me bese en el porche.
Echo de menos escuchar baladas de amor
mientras pinto las paredes de mi casa,
ir temprano a trabajar,
viajar por tu espalda los fines de semana.
Echo de menos fotografiar las puestas de sol
en la playa los veranos,
dibujar corazones en las portadas de los libros,
correr detrás de mi gato,
comer a deshoras y a mi ritmo.
Echo de menos mirarte a los ojos
y acordarme del día que decidimos qué nombre ponerle,
qué coche comprar,
qué película ver los viernes.
Echo de menos el árbol de Navidad
que acabó roto después de cinco inviernos.
Echo de menos dormirme sobre el escritorio
y usar tus vasos de ceniceros.
Echo de menos Barcelona,
el color de sus calles
y aquel avión que cogimos un día
para casarnos en Roma.
Echo de menos abrir cajas de regalo
que vienen sin nombre,
que me compres anillos
que me quedan grandes,
que juguemos a pares
y saques nones.
Echo de menos ponerme tus camisetas
y que me tapen hasta las rodillas,
ducharme contigo cada noche
antes de acostarnos,
despertarte con cosquillas.
Echo de menos tenerte conmigo.
Echo de menos nuestro futuro,
echo de menos hasta aquello
que nunca he tenido.
que alguien me de las buenas noches,
que me diga te quiero,
que me espere despierto y me bese en el porche.
Echo de menos escuchar baladas de amor
mientras pinto las paredes de mi casa,
ir temprano a trabajar,
viajar por tu espalda los fines de semana.
Echo de menos fotografiar las puestas de sol
en la playa los veranos,
dibujar corazones en las portadas de los libros,
correr detrás de mi gato,
comer a deshoras y a mi ritmo.
Echo de menos mirarte a los ojos
y acordarme del día que decidimos qué nombre ponerle,
qué coche comprar,
qué película ver los viernes.
Echo de menos el árbol de Navidad
que acabó roto después de cinco inviernos.
Echo de menos dormirme sobre el escritorio
y usar tus vasos de ceniceros.
Echo de menos Barcelona,
el color de sus calles
y aquel avión que cogimos un día
para casarnos en Roma.
Echo de menos abrir cajas de regalo
que vienen sin nombre,
que me compres anillos
que me quedan grandes,
que juguemos a pares
y saques nones.
Echo de menos ponerme tus camisetas
y que me tapen hasta las rodillas,
ducharme contigo cada noche
antes de acostarnos,
despertarte con cosquillas.
Echo de menos tenerte conmigo.
Echo de menos nuestro futuro,
echo de menos hasta aquello
que nunca he tenido.
Kilómetro cero de Madrid
La vida es cruel,
pero yo lo soy más, en serio.
Ya no me escondo detrás de los callejones,
ahora me subo a los tejados y escribo en ellos.
A quien alguna vez me echó de menos
ahora yo le echo de más.
Al que solía ir con el teatro de frente,
la máscara se le está cayendo por detrás.
Le has venido a hablar de agua
a la tormenta,
intentas convencerte de una bondad
a la que ni subido a un andamio llegas.
En mi corazón es verano
desde que vivo lejos de ti.
La vida es un corredor en la meta de su entusiasmo,
y yo soy el kilómetro cero de Madrid.
pero yo lo soy más, en serio.
Ya no me escondo detrás de los callejones,
ahora me subo a los tejados y escribo en ellos.
A quien alguna vez me echó de menos
ahora yo le echo de más.
Al que solía ir con el teatro de frente,
la máscara se le está cayendo por detrás.
Le has venido a hablar de agua
a la tormenta,
intentas convencerte de una bondad
a la que ni subido a un andamio llegas.
En mi corazón es verano
desde que vivo lejos de ti.
La vida es un corredor en la meta de su entusiasmo,
y yo soy el kilómetro cero de Madrid.
Vie(r)nes y no vuelves
Lunes y te vas.
Vie(r)nes y no vuelves.
La cama hundida una vez más
por el peso de tu ausencia que me envuelve.
Dejo que me abrace
y le hago el amor.
Tiene las manos frías,
arde mi interior.
Apago la luz
y tu fantasma aparece.
Brilla en la oscuridad,
le hago un hueco para que se siente.
A veces me emborracho de letras
y tengo resaca de versos.
Ayer leí que ya no te amo, sino a mi soledad,
pero hoy escribo que te echaré de menos.
Vie(r)nes y no vuelves.
La cama hundida una vez más
por el peso de tu ausencia que me envuelve.
Dejo que me abrace
y le hago el amor.
Tiene las manos frías,
arde mi interior.
Apago la luz
y tu fantasma aparece.
Brilla en la oscuridad,
le hago un hueco para que se siente.
A veces me emborracho de letras
y tengo resaca de versos.
Ayer leí que ya no te amo, sino a mi soledad,
pero hoy escribo que te echaré de menos.
Verdades que duelen
Me das la mano,
me rompes el corazón.
Vengo de dar vueltas por un mundo
donde quien habla nunca tiene la voz.
Me dices que me quieres
y te ganas mi confianza.
Estoy acostumbrada a que lo que se diga cale
y lo que se haga no sirva para nada.
Te dicen que dos mas dos son cuatro
y luego no queda ninguno.
Te ponen buena cara cuando estás
pero cuando te largas se parten el culo.
En las buenas te sobran manos
que te sirvan cubatas.
Pero en las malas todos las esconden
debajo de la manta.
En este mundo la gente te da los buenos días
mientras mete sus zarpas en tu cartera.
Te llaman "amigo"
pero no te llaman en tus noches en vela.
Si hablas te ignoran
y si gritas te pegan.
En cambio, a ellos hay que escucharles
y ayudarles en todo lo que quieran.
Pues si esto es así que paren el mundo, que yo me bajo y cruzo la frontera.
*
Hoy me quiero quedar.
Porque estoy cansada de huir.
Hoy quiero dejar de ser invisible.
Hoy quiero no ver más allá de mí.
Dar mucho, recibir poco.
Es la ley del masoca al que le gusta
vivir dentro de la boca del lobo.
Hoy quiero no querer.
Porque quiero quererme.
Si voy a ser yo la única
que se preocupe por mí,
quiero hacerlo de lunes a viernes.
Y el fin de semana voy a hacerme sonreír.
Miraré por la ventana
y me tomaré un buen café.
Me leeré un buen libro
tumbada en mi jardín.
Imaginario.
Real como la vida.
Aquella que empiezo borrando
cumpleaños del calendario
y señalando con permanente
todos (mis) días.
A tomar por culo todo(s) lo(s) malo(s).
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